“BIENVENIDOS A GATLIN.
UN
PUEBLO EN MITAD DE NINGUNA PARTE DONDE NUNCA OCURRE NADA.
AL MENOS ESO PENSABA YO.
NO PODÍA ESTAR MÁS EQUIVOCADO.
HABÍA UNA MALDICIÓN.
HABÍA UN CHICO Y AL FINAL, UNA TUMBA”
Capítulo 1
Antes “EN MEDIO DE LA NADA”
Hyun Joong
Había sólo dos tipos de personas en nuestro
pueblo.
-Los estúpidos y los atascados-. Mi padre
había clasificado afectuosamente a nuestros vecinos.
Los que están obligados a quedarse o los que
son muy imbéciles para marcharse. Todos los demás encuentran una razón para
irse.
No quedaba duda del grupo en el que él se
encontraba, pero nunca tuve el valor para preguntar por qué. Mi padre es un
escritor y nosotros vivimos en Gatlin, Carolina del Sur, porque los Kim siempre
lo han hecho, desde que mi tátara-tátara-tátara abuelo, Ellis Kim, luchó y
murió del otro lado del río Santee durante la guerra civil.
La gente de aquí abajo eran los únicos que no
la llamaban Guerra Civil.
Todas las personas menores de sesenta años la
llamaban la Guerra entre los Estados mientras que cualquiera de más de sesenta
la llama la Guerra de la Agresión Norteña, como si alguien del norte hubiera
envuelto al sur en una guerra por una mala cosecha de algodón. Todos, y eso
quiere decir todos, excepto mi familia. Nosotros la llamamos Guerra Civil.
Otra razón por la que no podía esperar para
largare de aquí.
Gatlin no es como los pequeños pueblos que ves
en las películas, a menos que sea una película de hace cincuenta años. Estábamos
demasiado lejos de Charleston para tener un Starbucks o un Mc Donald’s. Todo lo
que teníamos era el Rey de los lácteos, y el nombre del local estaba incompleto
en el aviso, ya que los Gentrys habían sido demasiado tacaños para comprar
todas las letras.
La biblioteca aún funcionaba con un sistema en
fichas, la escuela aún tenía pizarras con pintura verde, y nuestra piscina pública
era el lago Moultrie, con todo y su agua turbia y tibia.
Podías ver una película en el Cineplex más o
menos en la misma época que salía a la venta el DVD, pero para eso tendrías que
conseguir que te llevaran hasta Summerville, hasta la Universidad del estado. Las
tiendas estaban en la calle Main, las casas bonitas en River y todos los demás vivíamos
al sur de la ruta nueve, donde el pavimento se desintegraba en pequeñas
piedritas de concreto- terribles para caminar-, pero perfectas para lanzárselas
a las zarigüeyas rabiosas, los animales más malvados que existen. Uno nunca ve
eso en las películas.
Gatlin no era un lugar complicado, Gatlin era
simplemente Gatlin.
Los vecinos vigilaban desde sus porches
durante los insoportables veranos, sofocándose sin razón. No tenía sentido. Nada
cambiaba nunca. Mañana sería mi primer día en la escuela Stonewall Jackson, y
ya sabía todo lo que iba a pasar- dónde me iba a sentar, a quién le iba a
hablar, las bromas, las chicas, quién iba a parquear y dónde.
No había sorpresas en el Condado de Gatlin, nosotros
estábamos en medio de la nada.
Por lo menos eso era lo que yo pensaba, mientras
cerraba mi gastada copia de Casa del terror 5, apagaba mi iPod y desconectaba
la luz, ese último día de verano.
Resultó que no podía estar más equivocado.
Había una maldición.
Había un chico.
Y al final, había una tumba.
Yo nunca lo vi venir.
2 de Septiembre
SOÑANDO
-¡Hyun!
Él me llamó, y tan sólo el sonido de su voz
hizo que mi corazón se acelerara.
-¡Ayúdame!
Él estaba cayendo también. Yo estiré mi brazo,
tratando de atraparlo. Lo intenté, pero todo lo que alcancé fue aire. No había
suelo debajo de mis pies, y yo estaba aferrándome al lodo. Las puntas de
nuestros dedos se tocaron y vi chispas verdes en la oscuridad.
Entonces él se resbaló entre mis dedos, y todo
lo que pude sentir fue pérdida.
Limones y romero. Podía olerlo incluso
entonces.
Pero no pude atraparlo.
Y yo no podía vivir sin él.
Me senté de un salto, tratando de normalizar
mi respiración.
-¡Hyun Joong! ¡Despierta! No voy a permitir
que llegues tarde el primer día de clase- yo podía oír la voz de Amma
llamándome desde abajo.
Mis ojos se enfocaron en un lado de luz que
atravesaba la oscuridad. Podía escuchar el tamborileo de la lluvia resonando
contra nuestra vieja plantación. Debe estar lloviendo. Debe ser por la mañana. Yo
debo estar en mi habitación.
Mi habitación estaba caliente y húmeda, por la
lluvia. ¿Por qué estaba mi ventana abierta?
Mi cabeza estaba matándome. Caí de nuevo en la
cama y el sueño retrocedió como siempre lo hacía. Estaba seguro en mi cuarto,
en nuestra antigua casa, en la misma cama de caoba en la que probablemente
habían dormido seis generaciones de Kim antes que yo, donde la gente no caía en
pozos hechos de lodo, y nunca pasaba nada en realidad.
Me quedé mirando el techo de yeso, pintado de
color del cielo para evitar que las abejas carpinteras aniden en el. ¿Qué me
está pasando?
He estado teniendo este sueño por meses. Incluso
cuando no puedo recordarlo todo, la parte que recordaba siempre era la misma.
El chico estaba cayendo. Yo estaba cayendo. Yo tenía que aguantar, pero no podía.
Si me soltaba, algo terrible iba a pasarle a él. Pero esa era la cosa. Yo no
podía soltarme. No podía perderlo. Era como si estuviera enamorado de él,
aunque no lo conocía. Casi como amor antes de la primera vista.
Lo que parecía bastante loco porque él era tan
sólo un chico en un sueño. Ni siquiera sabía cómo se veía. Había tenido el
mismo sueño durante meses, pero en todo este tiempo nunca he visto su cara, o
no podía recordarlo. Todo lo que sabía es que el mismo sentimiento horrible lo
tenía cada vez que lo perdía. Él se deslizaba entre mis dedos y yo sentía mi estómago
caer- de la forma en que sientes cuando estás en una montaña rusa y el auto
toma una bajada profunda-.
Dieciséis Lunas.
¿Qué era eso? Presioné el botón. La melodía
era obsesionante. No podía identificar a la voz, pero me sentía como si la hubiera
escuchado antes.
Dieciséis lunas, dieciséis años.
Dieciséis de tus miedos más profundos.
Dieciséis veces tú soñaste con mis lágrimas.
Cayendo, cayendo a través de los años.
Tenía un humor cambiante, tétrico- casi
hipnótico.
-¡Kim Hyun Joong!- podía oír a Amma gritar
sobre la música.
La apagué y me senté en mi cama, quitándome de
encima las cobijas. Mis sábanas se sentían como si estuvieran llenas de arenas,
pero yo sabía lo que pasaba.
Era tierra. Y mis uñas estaban llenas de lodo
negro, justo como la última vez que tuve el sueño.
Arrugué la sábana, dejándola debajo de la
camisa sudorosa del entrenamiento de ayer. Me metí en la ducha y traté de
olvidarlo mientras frotaba mis manos, y las últimas marcas negras de mi sueño
desaparecían en el desagüe. Si no pensaba en eso, no estaba pasando. Pero no
era así cuando se trataba de él. No podía evitarlo. Siempre pensaba en él. Seguía
regresando el mismo sueño, incluso no podía explicarlo. Así que ese era mi
secreto, todo lo que había para contar.
Yo tenía
dieciséis años, estaba enamorándome de un chico que no existía y estaba
enloqueciendo lentamente.
Sim importar que tan fuerte me fregara, no
podía hacer que mi corazón dejara de acelerarse. Y sobre todo el olor del jabón
de marfil y del Shampoo Stop & Shop, podía olerlo. Sólo un poco, pero sabía
que estaba ahí.
Limones y romero.
Bajé al primer piso, a la reconfortante
igualdad de las cosas. En la mesa del desayuno, Amma servía en la misma vieja
vajilla azul y blanca-platos dragón, como la llamaba mi mamá- huevos fritos,
tocino, tostadas con mantequilla y sémola de maíz estaban en frente mío. Amma
era nuestra ama de llaves, pero era más como mi abuela, excepto que era más inteligente
y rara que mi verdadera abuela. Amma prácticamente me había criado, y ella
sentía que su misión personal era hacerme crecer al menos otros treinta
centímetros, incluso cuando ya media 1,84. Esta mañana estaba extrañamente
hambriento, como si no hubiera comido durante una semana. Me serví un huevo y
dos piezas de tocino en mi plato, sintiéndome mejor. Le sonreí con la boca
llena.
-No te preocupes por mi Amma. Es el primer día
de escuela.- ella descargó un vaso gigante de jugo de naranja y uno aún más
grande de leche- leche entera, del único tipo que consumimos por aquí- frente a
mí.
-¿Se acabó la leche chocolatada?- Yo tomaba
leche chocolatada de la misma forma en que algunas personas tomaban Coca cola o
café. Incluso en la mañana, siempre estaba en busca de mi próxima dosis de
azúcar.
-A.C.O.S.T.U.M.B.R.A.T.E.- Amma tenía un
crucigrama para todo, entre más larga la palabra, mejor, y a ella le gustaba
usarlos. La forma en que te deletreaba las palabras letra por letra, se sentía
como si te estuviera acariciando la cabeza, cada vez.- Como en, acostúmbrate. Y
ni se te ocurra poner un píe fuera de esa puerta hasta que te bebas la leche
que te serví.
-Si señora.
-Veo que te arreglaste-. No lo había hecho. Estaba
usando jeans y una camisa desteñida, como casi todos los días. Todas ellas
decían cosas diferentes; la de hoy era de Harley Davidson. Y las mismas
Converse que había usado durante los últimos tres años.
-Pensé que ibas a cortarte ese cabello- ella
lo dijo con una pequeña mueca, pero yo lo reconocía por lo que era: simple y
viejo cariño.
-¿Cuándo dije eso?
-¿No sabes que los ojos son la ventana del alma?
-Tal vez no quiero a nadie asomándose a la
mía.
Amma me castigo con otro plato de tocino. Ella
media apenas 1,50 y era probablemente mas vieja que los platos dragón, aunque
en cada cumpleaños ella insistía en que apenas tenía cincuenta y tres. Pero Amma
era cualquier cosa excepto una cálida ancianita. Ella era la autoridad absoluta
en mi casa.
-Bien, no creas que vas a salir con el cabello
mojado en este clima. No me gusta cómo se siente esta tormenta. Como si algo
malo hubiera molestado al viento, y no hay forma de detener un día así. Tiene voluntad
propia.
Yo rodé mis ojos. Amma tenía una forma
peculiar para referirse a las cosas. Cuando ella estaba de ese humor, mi mamá
solía llamarlo irse a la oscuridad- la religión y la superstición mezcladas,
como sólo se podía hacer en el sur. Cuando Amma estaba oscura, era mejor
simplemente mantenerse fuera de su camino. Igualmente era mejor dejar sus
amuletos en las ventanas y las muñecas que hacía en los cajones donde las
dejaba.
Yo engullí otra carga de huevo y terminé mi
desayuno de campeones- huevos, jamón y tocino, todo embutido en un sándwich
tostado-. La puerta del estudio de mi padre estaba cerrada. Mi papá escribía
toda la noche y dormía en el viejo sofá de su estudio durante el día. Así había
sido desde que mamá murió el pasado Abril. Él bien podría ser un vampiro; eso
es lo que mi tía Caroline dijo después de quedarse con nosotros esa primavera. Probablemente
había perdido mi posibilidad de verlo hasta mañana.
No había forma de abrir esa puerta después de
que fuese cerrada.
Escuche un claxon desde la calle. Min. Agarré
mi desgastada mochila negra y corrí desde la puerta hacia la lluvia. Podrían haber
sido las siete de la noche tan fácil como las siete de la mañana, así de oscuro
estaba el cielo. El clima había estada extraño los últimos días.
El auto de Min, el Beater, estaba en la calle,
su motor ronroneando, la música a todo volumen. Yo había ido con Min a la escuela
desde el jardín de infancia, cuando nos convertimos en mejores amigos después
de que él me diera la mitad de su Twinkie en el bus escolar. Sólo fue después
cuando descubrí que lo había dejado caer al suelo.
Aún cuando los dos habíamos obtenido nuestras
licencias este verano, Min era el único que tenía un auto, y ese era el fin de
la historia.
Por lo menos el motor del Beater estaba a
salvo de la tormenta.
Amma se paró en el porche, sus brazos cruzados
desaprobatorios.
-No pongas esa música aquí, Park Jung Min. No creas
que no voy a llamar a tu mamá para contarle lo que estuviste haciendo el verano
de cuando tenías nueve años en el sótano.
Min parpadeó. No muchos lo llamaban por su
nombre real, excepto su madre y Amma.
-Si señora.
La puerta se cerró con un estruendo. Él se
rió, girando sus ruedas sobre el asfalto mientras salía de la entrada. Como si
estuviéramos escapándonos, lo que describía bastante bien la forma en que
conducía siempre. Excepto que nunca nos
íbamos lejos.
-¿Qué hiciste en mi sótano cuando tenías nueve
años?
-¿Qué no hice en tu sótano cuando tenía nueve
años?- Min le bajó el volumen a la música, lo que era bueno, porque era
terrible y el estaba a punto de preguntarme si me gustaba, cómo lo hacía todos
los días. La tragedia de su banda. Quién le disparó a Jung Min, era que ninguno
de sus integrantes podía tocar realmente un instrumento ni cantar. Pero él
siempre estaba hablando de tocar la batería y mudarse a Nueva York después de
la graduación y contratos de grabación que probablemente nunca iban a firmarse.
Y que probablemente, me refiero a que él es más propenso a hundirse en una esquina
del parqueadero del gimnasio, totalmente borracho.
Min no quería ir a la universidad, pero aún
así tenía las cosas más claras que yo. El sabía lo que quería hacer, incluso
cuando era bastante difícil. Todo lo que yo tenía era una caja de zapatos llena
de panfletos de universidades que no le podía enseñar a mi papá. No me
importaba de cual se tratara, mientras estuvieran por lo menos a mil millas de Gatlin.
Yo no quería terminar como mi papá, viviendo
en la misma casa, en el mismo pequeño pueblo en el crecí, con la misma gente
que nunca ha intentado irse de aquí.
A cada lado de nosotros, viejas casas
Victorianas delineaban las calles, casi igual a cuando fueron construidas hace
cien años. Mi calle se llamaba Cotton Bend porque esas casas viejas solían
preceder millas y millas de campos de algodón. Ahora ellas simplemente
precedían la ruta 9, lo que era la única cosa que había cambiado por aquí.
Tomé una dona glaseada de la caja que estaba
en el suelo del auto.
-¿Tú subiste esa rara canción a mi iPod
anoche?
-¿Cuál canción? ¿Qué piensas de esta?- Min
puso su ultimo demo.
-Creo
que necesitas trabajar en ella. Como todas tus canciones- Era lo mismo que le
decía todos los días, más o menos.
-Sí, bien, tu cara va a necesitar que trabajen
en ella después de que te de una buena golpiza-. Era lo mismo que él respondía
todos los días, más o menos.
Yo busqué en mi lista de reproducción.- La canción,
creo que se llamaba Dieciséis lunas o algo así.
-No sé de qué estás hablando.
No estaba ahí. La canción había desaparecido,
pero yo acababa de escucharla esta mañana. Y sabía que no me la había
imaginado, porque aún la tenía en mi cabeza.
-Si quieres escuchar una canción, te pondré una
nueva.- Min miró hacia abajo buscando la canción.
-Hey, hombre, mantén tus ojos en la carretera.
Pero él no lo hizo, y de reojo, vi un extraño
auto pasar frente a nosotros…
Durante un segundo, los sonidos de la
carretera y la lluvia y Min se disolvieron en el silencio y pareció como si
todo estuviera moviéndose en cámara lenta. No podía apartar mis ojos del auto. Era
simplemente un sentimiento, nada que pueda describir. Y entonces, nos
sobrepasó, girando hacía otra vía.
No reconocí el auto. Nunca lo había visto
antes. Ustedes no pueden imaginarse lo imposible que es eso, porque conozco
cada uno de los autos del pueblo. En esta época del año no había turistas. Ellos
no se arriesgarían en plena temporada de huracanes.
Este auto era largo y negro, como un coche
fúnebre. De hecho, estaba bastante seguro de que eso es lo que era. Tal vez era
una premonición. Tal vez este año iba a ser peor de lo que me imaginaba.
-Aquí está.- Pañuelo Negro-. Esta canción me
va a convertir en una estrella.
Para cuando el levantó la mirada, el auto
había desaparecido.
2 de septiembre
CHICO NUEVO
Ocho calles. Esa era
la distancia que había para llegar a la curva de Cotton Bend en la secundaria
Jackson. Resulta que yo podía vivir toda mi vida, subiendo y bajando esas ocho
calles, y ocho calles era lo suficiente como para poner un extraño coche
fúnebre fuera de tu mente. Tal vez es por eso que no se lo mencione, a Min.
Pasamos por el Stop
& Shop, también conocido como el Stop & Steal. Era la única tienda de
comestibles en la ciudad, y lo más cercano que teníamos de un 7-Eleven. Así que
cada vez que salías con tus amigos, había que esperar no encontrarte con la
mamá de alguien más haciendo las compras para la cena. O peor aún, a Amma. Me
di cuenta que el Grand Siwon estaba estacionado en frente.
-Uh-oh. Él ya estaba
acampando ya.- estaba sentado en el asiento del conductor, leyendo las listas
de estrellas.
-Tal vez no nos vio-
Min miraba el espejo retrovisor, tenso.
-Tal vez estamos
jodidos-. Él era el oficial de ausencias para la escuela Jackson y un miembro
orgulloso de la policía de Gatlin.
Su novio, HeeChul,
trabaja en el Stop & Steal, y él se estacionaba en frente la mayoría de las
mañanas, esperando a que los productos recién horneados se entregarán. Lo cuál
era bastante incómodo si tú siempre llegabas tarde, como Min y yo. No se podía
ir a la escuela Jackson sin conocer acerca de su rutina, así como su horario de
clases. Hoy, nos saludó, sin ni siquiera levantar la vista de la sección de
deportes. Él nos estaba dando un pase.
-Sección de deportes y
un bollo pegajoso. ¿Sabes lo que eso significa?
-Tenemos cinco
minutos.- Hicimos rodar el auto en neutro al estacionamiento de la escuela, con
la esperanza de poder pasar inadvertidos más allá de la oficina de Asistencia.
Pero todavía andábamos fuera de tiempo, al momento en que entramos en el
edificio, nuestras zapatillas de deporte estaban empapadas y producían un
chirrido tan fuerte que simplemente deberíamos dejarlas ahí.
-¡Kim Hyun Joong!
¡Park Jung Min!- Nos quedamos en la oficina, esperando nuestra detención.
-Tarde el primer día
de escuela. Tu mamá tendrá que elegir muy bien unas pocas palabras para usted,
Sr. Park. Y no aparente estar satisfecho, Sr. Kim. Amma HwangBo freirá su
pellejo.
La señorita Hesterhgn
tenía razón. Si es que ya Amma no sabía que había llegado cinco minutos tarde
este día.
Mi omma solía decir:
Shim ChangMin, el administrador de correos, leía cualquier carta que le
pareciera medio interesante. Ni siquiera se molestaba en sellarla de nuevo. No
es que no existiera alguna noticia real. Cada casa tenía sus secretos, pero
todos en la calle lo sabían. Ese no era ningún secreto.
-Señorita Hester, yo
sólo conduje lento a causa de la lluvia- Min trató de parecer encantador.
La señorita Hester se
bajó un poco las gafas y miró a Min, desencantada. La cadena que sostenía sus
gafas alrededor de su cuello se balanceaban de adelante atrás.
-En este momento no
tengo tiempo para conversar con ustedes. Estoy ocupada preparando sus
detenciones de esta tarde-, dijo, mientras nos daba cada uno un papelito azul.
Estaba ocupada si correcto. Se podía oler el esmalte de uñas, incluso antes de
dar vuelta a la esquina.
Bienvenido de nuevo a
Gatlin, el primer día de escuela en realidad nunca cambiaba.
Todos los maestros, se
conocían de la iglesia, y habían decidido si eras estúpido o inteligente desde
que estabas en Kínder. Yo era inteligente, porque mis padres eran profesores.
Min era estúpido, porque había comido sobre las páginas de un buen libro
durante la clase de escritura, y vomito una vez durante el desfile navideño.
¿Por qué yo era
inteligente?, porque escribía buenas notas, ¿Por qué Min era estúpido?, porque
él conseguía hacer malas notas. Supongo que nadie se molestó en leerlas. A
veces él escribía cosas al azar en medio de mis ensayos, sólo para ver si mis
profesores decían algo. Nadie lo hizo. Por desgracia, el mismo principio no se
aplica a las pruebas de selección múltiple.
En el primer período
de inglés, descubrí a uno de mis siete profesores era un maestro centenario,
cuyo nombre en realidad era el Sr. De Inglés, había esperado que durante el
verano nosotros leyéramos Matar a un ruiseñor, por lo que yo no lo hice. Yo
había leído el libro hace dos años. Fue uno de los favoritos de omma, pero eso
fue hace tiempo y los detalles eran borrosos.
Un hecho que pocos conocían acerca de mí: he
leído todo el tiempo junto al detalle de cantar y escuchar música lo cual era
rara la vez.
Los libros y la música
eran la única cosa que me sacaban fuera de Gatlin, aunque fuera sólo por un
rato. Yo tenía un mapa en la pared, y cada vez que leía un lugar al que quería
ir, lo marcaba en el mapa. Nueva York era el principal. En medio del salvaje
Alaska. Cuando en el camino seguí leyendo agregué Chicago, Denver, L.A, y
Ciudad de México.
Uno puede comprar
prácticamente en todas partes. Cada mes, tracé una línea para conectar las
marcas. Una delgada línea verde para trazar un camino para el viaje un verano
antes de la universidad, si es que alguna vez salía de esta ciudad. Guardé el
mapa y todo referente a la lectura y música sólo para mí. Porque aquí, los
libros y el baloncesto no se mezclaban.
Química no era mucho
mejor. El Sr. Hollenback me había condenado a ser compañero de Cap. Él estaba
con Nicole, también conocida como Nicole Jung, quien me había despreciado
formalmente el año pasado, cuando cometí el error de usar mis zapatos Converse
con mi traje formal y deje que mi Appa nos llevara en el volvo oxidado. La
venta estaba rota permanentemente y había destruido su perfecto pelo rizado y
rubio, cuando llegamos al baile en el gimnasio se parecía a María Antonieta.
Nicole no me habló por el resto de la noche. La ponchera era una fuente
interminable de diversión para los chicos, que esperaban vernos juntos de
nuevo. Lo que ellos no sabían era que yo no estaba con chicas como Nicole. Era
bonita, pero eso era todo. Y sólo por mirarse bien no justificaba que tenía que
escuchar lo que salía de su boca. Yo quería a alguien diferente, alguien con
quien pudiera hablar de algo distinto como si ha vida en marte o si algún día
vendrán mis amigos alíens. Un CHICO que fuera inteligente, divertido, o al
menos un decente compañero de laboratorio. Pues sí hace algún tiempo descubrí
que me gustaban los hombres aunque eso fue después de terminar con Nicole. Tal
vez un chico así que fuera un verdadero sueño, un sueño, que seguía siendo
mejor que una pesadilla. Incluso si la pesadilla llevaba una falda de porrista.
Sobreviví a química,
pero mi día empeoró aun más desde ahí. Al parecer este año. Estaba llevando
nuevamente Historia de los EE.UU. y la historia que enseñaban en la escuela
Jackson, sólo era redundante. Yo iba a pasar por año consecutivo, estudiando de
la “Guerra del norte y la agresión”. No tenía ninguna relación con él. Pero
como todos sabemos, el espíritu del Sr. Lee era uno de los pocos profesores que
realmente me odiaban. El año pasado, en un desafío yo había escrito un artículo
llamado “La Guerra del sur y la agresión”, y el Sr. Lee me había dado una
calificación ‘D’ (Ósea una nota de 6). Los profesores en realidad no leían los
artículos, después de todo.
Encontré un asiento en
la parte de atrás junto a Min, tomaba nota de cualquier clase en la que él no
se durmiera. Pero dejó de escribir tan pronto como me senté.
-Amigo, ¿has oído?
-Hey, ‘sobre qué?
-Hay un chico nuevo en
Jackson.
-Hay un montón de
chicos nuevos, uno la clase de primer año, no soy idiota.
-No estoy hablando de
los estudiantes de primer año. Hay un chico nuevo en nuestra clase.
En cualquier otra
escuela secundaria, un chico nuevo en la clase de segundo año no será noticia.
Pero esto era Jackson, y no habíamos tenido un chico nuevo en la escuela desde
el tercer grado, cuando Kim Taeyeon vino a vivir con sus abuelos después de que
su padre fuera detenido en un sótano en Lake City jugando.
-¿Quién es él?
-No lo sé. Tuve clase
de cívica en el segundo período con todos los chiflados de la banda, y no
sabían nada, salvo que toca el violín, o algo así. Me pregunto si él es
ardiente-. Min tenía esos pensamientos en su mente, como la mayoría de los
chicos.
La diferencia era que
Min llevaba esos pensamientos directamente a su boca.
-¿Así que él es un
chiflado de la banda?
-No. Un músico. Tal
vez él comparte mi amor por la música clásica.
-¿Música clásica?- La
única música clásica que Min había oído era mientras estaba en la oficina del
dentista.
-Tú sabes, los
clásicos. Pink Floyd. Black Sabbath. The Stones.- comencé a reír.
-Sr. Park. Sr. Kim.
Lamento interrumpir su conversación pero me gustaría comenzar si está bien por
ustedes, muchachos.- El tono del Sr. Lee era tan sarcástico como el año pasado,
y llevaba un peinado grasiento. Pasó las copias del mismo programa que
probablemente había estado utilizando durante diez años. Este requería de una
participación en una verdadera Guerra civil. Por suerte para mí, terminaría
pidiendo prestado el uniforme de uno de mis familiares que participaron por
diversión los fines de semana en este tipo de representaciones.
Después de sonar la
campana, Min y yo nos quedamos en el pasillo junto a los armarios, con la
esperanza de obtener un vistazo del chico nuevo. Él hablaba de él como si fuera
su alma gemela y futuro compañero de banda. Pero la única cosa a la que le
echamos un vistazo fue a la falda jean de Han SeungYeon, dos tallas más
pequeñas.
Lo que significaba que
no íbamos a saber nada hasta la hora del almuerzo, porque nuestra próxima clase
era ASL, lenguaje Americano de señas y está estrictamente prohibido hablar
durante clase. Nadie era lo bastante bueno como para deletrear las palabras
‘Chico Nuevo’, especialmente desde que ASL era la clase que teníamos en común
con el resto del equipo de baloncesto de Jackson.
Yo había estado en el
equipo desde octavo grado, cuando crecí seis pulgadas en un verano y terminé
por lo menos una cabeza arriba sobre todos los demás en mi clase. Además, había
que hacer algo normal cuando tus padres eran profesores. Resultó que era bueno
en baloncesto. Siempre parecía saber dónde los jugadores del otro equipo iban a
pasar el balón, esto me brindó un lugar para sentarme en la cafetería todos los
días. En Jackson, esto era algo que valía la pena.
Este día el asiento
valía mucho más porque Kyu Jong, nuestro punto de guardia había visto realmente
al chico nuevo. Min hizo la única pregunta que a todos ellos les importaba.
-Así que, ¿es
ardiente?
-Muy ardiente.
-¿Gyuri nueve
ardiente?- Gyuri era una chica de la escuela y la forma como se medía a todas
las otras chicas en Jackson. Cuando Nicole entró en la cafetería, tomada del
brazo de Cap, todos miramos porque la Gyuri de ella era de 5’8-, era una
calificación a las piernas perfectas que he visto.
Nicole y Gyuri eran
casi una persona, incluso cuando no estaba en uniforme de porrista. Pelo rubio,
bronceado falso, sandalias, y faldas Jean tan cortas que podrían pasar por
cinturones. ¡¡Gyuri tenía unas piernas!! Pero Nicole era a la que todos los
chicos trataban de echar un vistazo durante el verano en el lago, a su parte
superior del bikini. Nunca parecía llevar ningún libro, sólo pequeñas bolsas
metálicas bajo el brazo, con espacio suficiente como para un teléfono celular y
para las pocas ocasiones en que efectivamente Nicole dejaba mensajes de texto.
Sus diferencias se
reducían a sus respectivas posiciones en el equipo de las animadoras. Gyuri era
la capitana, y una base ‘una de las chicas que sostenían dos niveles de
porristas en la famosa pirámide de los Wildcats´. Nicole era una volante, la
niña en la parte superior de la pirámide, la que era lanzada unos cinco o seis
metros en el aire para completar una vuelta o algún loco truco que fácilmente
podría resultar en una fractura de cuello. Nicole correría el riesgo de
cualquier cosa para permanecer en la cima de esa pirámide. Gyuri no lo
necesitaba. Cuando Nicole era lanzada, la pirámide seguía sin ella. Cuando
Gyuri se movía un centímetro, todo se venía abajo.
Cap y Nicole se
fijaron en nosotros y fruncieron el ceño al verme. Los chicos rieron. Jung
YunHo me dio una palmadita en la espalda.
-Es casi igual a un
pecado. Sabes Nicole, entre más te mira, más le importas.
Hoy no quiero pensar
en Nicole. Yo quería pensar en lo contrario a Nicole. Desde que Min había
sacado el tema en historia, este se había quedado conmigo. El chico nuevo. La
posibilidad de alguien diferente, de un lugar diferente. Tal vez alguien con
más vida que la nuestra, y, supongo que la mía. Tal vez incluso alguien con
quien yo había soñado. Sabía que era una fantasía, pero yo quería creer en
ello.
-¿Ya todos escucharon
sobre el chico nuevo?-Gyuri se sentó en el regazo de Lee JinKi
Onew, él era nuestro
capitán del equipo y Gyuri, era su novia. El frotó las manos en sus piernas
color naranja, lo suficientemente alto y entonces tú ya no sabías hacia d´nde
mirar.
-Kyu nos dijo que él
está que arde. ¿Vas a ponerlo en el equipo? Min tomó un par de papas
empanizados de mi bandeja.
-Difícilmente. Tú deberías
ver como es él- Strike Uno.
-¿Y cuán pálido está?- Strike Dos. Tú no podías
estar demasiado delgado, o muy bronceado, algo por lo que Gyuri estaba
preocupada. Nicole se sentó al lado de Onew, inclinándose un poco sobre la
mesa.
-¿Te dijo quién es él?
-¿Qué quieres decir?-
Nicole hizo una pausa para un efecto dramático.
-Él es el sobrino de
Ravenwood el anciano-. No necesitaba hacer una pausa para esto. Era como si el
aire hubiera sido extraído de la habitación. Un par de chicos comenzaron a reír. Ellos pensaban que estaba bromeando,
pero podía decir que ella no lo estaba. Strike Tres. Él estaba fuera. A partir
de este momento, ya no podía imaginármelo más.
La posibilidad del
chico de mis sueños había desaparecido, antes de que pudiera imaginarme nuestra
primera cita. Que estaba condenada a ser tres años después de la que había
tenido con Nicole.
Park Jung Soo
Ravenwood, él era como una ciudad cerrada. Digamos, me recuerda lo suficiente
al personaje amargado del libro matar al ruiseñor. El viejo Ravenwood hacia que
Boo Radley se viera como una mariposa social. Vivía en una estropeada casa
antigua, sobre la plantación más vieja e infame como la mayor parte de Gatlin y
no creo que alguien en la ciudad lo hubiera visto desde antes de que yo naciera,
tal vez mucho más.
-¿En serio?-, preguntó
Min
-Totalmente. Shim
ChangMin se lo dijo a mi Omma ayer, cuando le llevó nuestro correo-. Gyuri
asintió.
-Mi omma escuchó lo
mismo. Se fue a vivir con el viejo Ravenwood hace un par de días, viene de
Virginia o Maryland, no me acuerdo.
Todos hablaban de él,
su ropa, pelo y que probablemente su tío era un monstruo. Eso es lo que más
odiaba de Gatlin. La forma en que todo el mundo tenía algo que decir sobre todo
lo que haces, o, en este caso, lo que llevas.
Me quedé mirando los
fideos de mi bandeja, nadaban en un líquido color naranja que no se parecían
mucho a que fuera de queso. Dos años, ocho meses. Tenía que salir de esta
ciudad.
Después de la escuela,
el gimnasio estaba siendo utilizado para las pruebas de animadoras. La lluvia
finalmente había dejado de caer, así que la práctica de baloncesto era en el
patio exterior, estaba agrietado y tenía charcos de agua por la lluvia de la
mañana. Había que tener cuidado de no golpear las fisuras que corría por el medio,
eran como el Gran Cañón. Aparte de eso, podías ver casi todo el
estacionamiento, y mirar la mayor parte de la primordial acción social de la
secundaria Jackson mientras calentabas.
Hoy he tenido la mano
caliente. Yo tenía siete por siete la línea de tiros libres, pero también la
tenía Onew, me preparé para disparar mi tiro. Swish. Ocho. Parecía como si sólo
pudiera mirar a la red, y la pelota se balanceaba. Algunos días eran así.
Swish. Nueve. Onew se molestó. Me di cuenta por la manera en que rebotaba la
pelota, cada vez lo hacía con más dificultad. Él era nuestro otro centro.
Nuestro silencioso
acuerdo era: lo dejo a tu cargo, y él no me causaba problemas si yo no tenía
ganas de pasar un rato en el Stop & Steal cada día después de la práctica.
Había tantas maneras
en que se podía hablar acerca de las mismas chicas y tantos Slim Jim que comer.
Swish. Diez. Yo no podía fallar. Tal vez era sólo la genética. Tal vez era otra
cosa. No me había dado cuenta, pero desde que mi omma murió, yo había dejado de
intentarlo. Era un milagro que llegara a la práctica. Swish. Once. Onew gruñó detrás
de mí, rebotando la pelota aún con más dificultad. Traté de no sonreír y miré
hacia el estacionamiento cuando tomé el siguiente tiro. Vi una maraña de
cabello largo y negro, detrás del volante de un coche largo y negro. Un coche fúnebre.
Me quedé helado. Luego, se volvió y, a través de la ventana abierta, pude ver a
un chico mirar en mi dirección. Al menos, pensé que lo hacía. La pelota golpeó
el aro y rebotó hacia la valla. Detrás de mí, escuché el sonido familiar.
Swish. Doce. Onew ya podía relajarse. Cuando el coche arrancó, miré a través de
la cancha. El resto de los muchachos estaban ahí de pie, como si hubieran visto
un fantasma.
-¿Ese fue…?- Kim JongHyun,
asintió con la cabeza, agarrándose de la cerca del alambre con una mano.
-Él sobrino del viejo
Ravenwood-. Kyu tiró la pelota.
-Sí. Justo como ellos
dicen, conduce un coche fúnebre- YunHo, sacudió la cabeza.
-Él es sexy. Qué
desperdicio.- volvieron a jugar a la pelota, pero por el momento Onew tomó su próximo
lanzamiento, justo cuando había comenzado a llover de nuevo. Treinta segundos
más tarde, estábamos atrapados en un aguacero, era la lluvia más fuerte que
habíamos visto en todo el día.
Me quedé ahí, dejando
que la lluvia martillara sobre mí. Mi cabello mojado colgaba sobre mis ojos,
bloqueando el resto de la escuela y el equipo. El mal augurio no era solamente
un coche fúnebre, era un chico. Durante unos minutos, había perdido la
esperanza sobre que tal vez este año no sería igual, que tal vez en dos años
algo iba a cambiar. Que iba a tener a alguien con quien hablar. Pero todo lo
que tenía fue un buen día en la cancha, y nunca había sido lo suficiente.
Holaaaa apenas vengo entrando a este blog, y pues déjame decirte que este digo estará interesante, creo que hay una película, jejejejeje y pues yo leeré, también me pareja favorita es la principal HyunSaeng :-D saludossss ^_^
ResponderEliminarSe ve bueno. Lo seguire
ResponderEliminarme encanto sigue unnie
ResponderEliminarQue misterioso el segundo capitulo
ResponderEliminarEs binito
ResponderEliminarY lindo