te gusta el kpop? pues que esperas ven y checa nuestras historias de diversos grupos de kpop que tenemos. te divertiras.....
martes, 23 de diciembre de 2014
Enlazado A Kyu Jong
Capítulo 1
Hong Ki no sabía que esperaba ver en el castillo del príncipe de los vampiros, pero no era eso. ¿Dónde estaban las paredes cubiertas de sangre y los cuerpos drenados revistiendo los pasillos? era antinatural ver el mármol caramelo veteado que cubría el piso y fuertes hombres que actuaban como guardias.
Obligado por su Abeoji a acompañar a su hermana, Hyorin, caminaba a través de los ventilados pasillos, viendo con sorpresa los invaluables objetos colocados con gran precisión. No era la fría cueva que imaginaba en sus sueños.
Hasta el momento había sido una fácil, aunque inquietante misión. Era difícil proteger a su hermana de una indeseada atención mientras usaba un velo que cubría su cara. Atención que era difícil que ella obtuviera en el palacio del príncipe de los vampiros, pero ese era el trabajo que le habían asignado y él se tomaba seriamente sus responsabilidades y la seguridad de su hermana.
Él vio a Hyorin, con su captia negro y supo que ella lo estaba viendo detrás de ese velo. El captia es el tradicional traje completo que usaban las candidatas al matrimonio, cubría su cabeza y cuerpo con un velo de seda negra. Aunque la tela era lo suficientemente transparente para ver por donde caminaba, no le permitía gran margen de movimiento. El de Hong Ki era casi igual, excepto que su velo le llegaba a los hombros y sus holgados pantalones negros eran del mismo sedoso material que él no reconocía y tenía una camisa negra.
La ropa se la había entregado su Abeoji esa mañana e insistió en que la usara por respeto a las tradiciones de la familia real. Todos los escoltas que vio entrar usaban la misma ropa así que sospechaba que el asesor político de su padre sabía de lo que hablaba. Entendía que la ropa que usaban era para evitar distraer al príncipe de las posibles novias. La carne desnuda tentaba a los vampiros y ellos no querían que sus sentidos se distrajeran hasta que encontrara a la pareja apropiada.
Pocas personas tenían el afecto de Hong Ki, como su amada hermana. Con su cabello rubio y las bajas formas de Hyorin, heredadas de su Appa, mientras que Hong Ki se parecía más a su pequeña y dorada Omma. Solo había la diferencia de un cabello entre sus estatura, lo que hacía que fuera fácil para él igualar sus pasos a los de Hyorin, mientras la escoltaba con pasos lentos y suaves para que ella no pudiera tropezar. Tan bien como pudo, Hong Ki revisó a la gente a cada lado del pasillo.
—Relájate hermanito, nadie va a saltar sobre mí.
—Malditamente correcto, ellos no van a saltar sobre ti. —La ira casi lo sobrepasaba, haciendo que su voz, normalmente suave, se oyera más como un gruñido—. No puedo hacer mucho con un guardia, pero no voy a dejar que nadie evite tu encuentro con el príncipe. Dansuk nunca se ha equivocado y si algo evita este matrimonio padre me culpará. Aun no me ha perdonado por no casarme con la hija del barón.
La semana pasada Dansuk, el vidente de la familia, proclamó que el último Lee de su generación se enlazaría con el príncipe de los vampiros. El pensar en que su hermana se acomodaría bien enviaba temblores de alegría por la columna de Hong Ki. El dinero nunca había sido una preocupación en su familia, pero él siempre se preocupaba por su amable hermana mayor. No era muy inteligente, Hyorin era la última en entender un chiste, pero era la primera en lanzarse a ayudar a un amigo. Él podía decirlo, por el brillo en la mirada de su padre, que Hyorin era la siguiente víctima del casamentero. Si esto no funcionaba, Hong Ki podría enviarla a un convento de monjas en las galaxias del norte.
Cualquier cosa era mejor que los planes de su Abeoji. Su Appa había arreglado los matrimonios de sus tres hijos mayores y hasta donde Hong Ki podía decirlo, cada uno era más miserable que el anterior.
Después de ver las infelices uniones de sus otras dos hermanas y su único hermano, Hong Ki estaba determinado a no dejar que lo mismo le sucediera a la única hermana que a él realmente le agradaba. Incluso su preferencia por los hombres no había detenido a su Abeoji de arreglarle un matrimonio cada pocos meses. Matrimonios que rehusaba a honrar, pero de cualquier modo él continuaba. Según su “Appa”, su amor por los hombres era solo una fase que se le pasaría tan pronto como encontrara la mujer apropiada.
—¿Qué si no le agrado? —La voz de Hyorin temblaba con los nervios. Hong Ki se sacudió de sus reflexiones y se enfocó en su nerviosa hermana.
—¿Cómo puedes no gustarle? —preguntó Hong Ki dándole la atención que merecía. Su hermana era linda, incluso tenía carácter y era franca—. Cualquier hombre sería afortunado de tenerte.
Hyorin siguió hablándole a su hermano, su voz era más y más intranquila.
—No soy hermosa como tú Ki, el príncipe puede no encontrarme atractiva.
—Absurdo. —Se detuvo en medio de la procesión y caminó hacia el primer caballero que no le dio a ella una inapropiada mirada.
—Discúlpeme señor.
El caballero le prestó atención, su espalda estaba tan derecha que Ki estaba seguro que se podía alinear perfectamente con una regla.
—¿Qué puedo hacer por usted, candidato de pareja?
«¿Candidato de pareja?»
—Oh no. Solo estoy aquí como apoyo. Mi hermana está aquí para el encuentro. —Curioso, no pudo evitar preguntar—.¿No sabía que ellos permitían candidatos masculinos?
El guardia se encogió de hombros.
—Masculino o femenino no importa, si las almas se enlazan el sexo y la apariencia no importan.
Hong Ki se encogió de hombros lanzando ese pensamiento al fondo de su mente, mientras se enfocaba en su propósito real.
—Mi hermana aquí, está preocupada de que una pareja no la encontraría atractiva. Quizás puedas tranquilizarla. —Apartó el velo para que el caballero pudiera ver a su atractiva hermana.
La bondadosa sonrisa del soldado contrastaba con la enorme espada que colgaba de su cadera.
—Usted es muy atractiva, querida dama. —Dijo con una profunda voz—. No sé si le parecerá, o no, atractiva al príncipe, pero si usted sigue aquí después de visitar la cámara, estaré feliz de escoltarla a donde sea que desee ir.
Se requeriría a una mejor persona que Hong Ki para resistirse a hincarle el codo a la costilla de su hermana.
—Ves hermanita te dije que encontrarías pareja.
—Cállate. —Dijo su dulce hermana dándole una patada con una fuerza poco femenina. Envolviendo su mano en el brazo de él, se reacomodó el velo y lo arrastró—. No puedo creer que hicieras eso.
Hong Ki se rió.
—Bueno, al menos sabemos que eres atractiva para los vampiros y ahora tienes un novio de repuesto.
Hyorin se rió, golpeando rudamente sus costillas le hizo saber que no estaba enojada por la interferencia. Después de todo, ¿si un amado hermano no puede avergonzarte donde está la diversión?
La línea al trono era larga pero avanzaba rápidamente, dado que cada persona se quedaba solo unos segundos con el príncipe. Aparentemente era algún tipo de asociación karmica, la que le diría al príncipe cuando encontrara a su pareja. Como el príncipe tenía cuatrocientos años y ellos realizaban esta ceremonia cada año, Ki pensaba que ya era tiempo de que el hombre tratara con algo nuevo.
Tan pronto como entraron al cuarto, toda la atención de Ki fue hacia el hombre en el estrado. Sus músculos tensaban las costuras de su plateada camisa sobre el pecho, pantalones negros de cuero delineaban sus muslos.
Una necesidad tan fuerte golpeó a Hong Ki, que casi lo hace caer de rodillas, como si le hubieran dado una pedrada en el estómago. Sentía una apremiante urgencia de correr hacia él y lamer cada músculo de su pecho. Le tomó más esfuerzo del que debería contenerse para no subir al trono y lanzarse hacia el hermoso príncipe.
Ki se preguntaba si los otros sentían el mismo nivel de deseo y necesidad que pulsaba por su cuerpo. ¿Esa larga línea de calientes mujeres esperaba lanzarse a los pies del semental en el trono?
Apenas resistiendo una risa, siguió con su hermana mientras la línea avanzaba. El velo evitaba que viera la cara de las otras solicitantes, pero casi podía ver las feromonas en el aire.
—Te esperaré en la esquina, cerca de la puerta. Regresa conmigo cuando hayas terminado. —Había más que suficientes guardias para mantener a su hermana segura.
Con todas esas hormonas recorriendo su sistema, era una buena idea poner más espacio entre el príncipe y él, si quería mantener su dignidad y no arruinar las oportunidades de su hermana.
Hyorin asintió antes de girarse de espaldas al príncipe.
—Él es realmente hermoso ¿verdad?
—Seguro, si te gustan del tipo hermoso inmortal de ojos verdes. —Ki bromeó.
Intercambiaron un rápido abrazo y la dejó, escondiéndose en una esquina, lejos del camino de la manada en estampida.
Cap 2
El príncipe Kyu Jong olió un leve indicio de su pareja y todo su cuerpo se tensó. Después de todos esos años de inútil búsqueda, su pareja estaba en este cuarto. Podía sentirlo en cada poro de su cuerpo. Controló los instintos cazadores que surgieron para que fuera hacia su pareja y la tomara.
—Cierren las puertas. Sellen el cuarto. —Rugió, su profunda voz hacía eco en las paredes.
Maldición, era difícil enfocarse cuando su cuerpo vibraba tan urgentemente. Cuatrocientos años y estaba tan ansioso como un chico en su primera cita.
Demasiado impaciente para esperar que la procesión llegara a él, Kyu Jong bajó del trono y caminó a un lado de la línea, ni siquiera trató de ocultar que estaba captando su aroma.
Nada.
Después de que Kyu Jong terminaba cada grupo, hacía señas a los guardias para que los liberaran. La mayoría estaba renuente a irse, anhelando ver quien era la nueva pareja del príncipe. Sin embargo, al ver los fuertes brazos y la inexpresiva expresión de los guerreros, todos ellos se movían.
La frustración se estaba volviendo ira cuando una hora pasó y no estaba cerca de encontrar a su pareja. Aún había mucha gente alrededor y su pareja permanecía oculta.
El elusivo aroma lo golpeó en la cara de nuevo. Tomando el brazo de la figura, se inclinó y olió.
La decepción lo recorrió cuando sintió el suave brazo.
Una mujer.
De algún modo, él siempre había soñado que su pareja era un hombre. Pero si eso era lo que el destino decretaba, tenía que bajar la cabeza y someterse a una autoridad más alta.
Inclinándose para oler a la mujer y atrapar el olor de su pareja.
No era ella, pero cerca de ella, alguien que la había tocado recientemente.
— ¿Has tocado a alguien antes de venir a mí?
—Solo a mi hermano. Me dio un abrazo. —Su voz tenía un tono de «vete al infierno» que Kyu Jong apreció. Todos los halagos lo cansaban después de un tiempo. Su corazón se aceleró en su pecho ante la palabra hermano.
— ¿Y dónde está ese hermano tuyo? —Kyu Jong ronroneo, complacido de ver el estremecimiento que recorrió a la mujer. Él podría preferir a los hombres pero siempre era agradable saber que afectaba a ambos sexos por igual.
—En aquella esquina. —La mujer señaló con su mano la pared norte del cuarto.
No le dio tiempo a su presa de moverse, Kyu Jong atravesó el aire y llegó frente a la única figura que se encontraba entre una planta en maceta y un banco tapizado.
—Hola hermoso.
Una cálida y nerviosa risa salió de debajo del velo de la figura.
— ¿Qué te hace pensar que soy hermoso?
La voz era suave y dulce, el seductor canto de la sirena llamando a su príncipe. Kyu Jong se acercó e inhaló el aroma del hombre, su pene se endureció tan rápido que sintió que se mareaba.
«Pareja.»
—Porque siempre serás hermoso para mí. —Respondió acercándose.
El hombre trató de alejarse del príncipe, pero desafortunadamente para su pareja, la pared evitó que fuera más allá.
—Se supone que eres la pareja de mi hermana.
Inclinando la cabeza, Kyu Jong agarró a la figura cubierta.
— ¿Por qué es eso?
—Nuestro profetizo dice que el último de mi familia podría ser tu pareja.
—Pero el último eres tú, hermano. —Una familiar voz femenina habló detrás de él. Un poco asombrado de que ella se hubiera acercado sin que él lo hubiera notado, Kyu Jong se alejó de ella y se acercó al hombre. La única persona de la que quería estar cerca ahora era él. Inhaló el aroma del que debería ser suyo. La emoción pulsó a través de su cuerpo al pensar que tenía a alguien suyo por primera vez en su vida.
—Pero, se supone que serías tú. — Dijo la suave y aterciopelada voz, con un tinte de malestar—. A Abeoji no le va a gustar esto.
Maldición, ¿podrían los labios del hombre estar llenos y sexis, fruncidos en una expresión de malestar? La sola imagen que llegó a su mente fue suficiente para que Kyu Jong estuviera duro.
Una tintineante risa salió de la chica.
—Abeoji tendrá que aceptarlo. El vidente dijo que sería el último de nuestra línea. Si hacemos a un lado lo de masculino/femenino, tú eres el último.
Irritado por la poca atención del otro hombre, el príncipe tomó el brazo de su pareja.
—Ven conmigo y discutiremos esto en privado.
Un suspiro salió de debajo del velo.
— ¿Hay una manera de convencerte de que todo esto es un gran error?
—No. —El príncipe se aseguró de que su voz se oyera firme y sólida, para que no hubiera ningún malentendido. Ese hombre era su pareja, lo quisiera o no.
—Bien, puede alguno de tus hombres escoltar a mi hermana a nuestro hotel. No quiero que salga sola.
Complacido de que su pareja fuera tan considerado con los otros, Kyu Jong ordenó a dos hombres escoltar a la mujer.
Vio con impaciencia como el par se abrazaba y la chica se iba.
* * * * *
—¿Atrapaste a un ratoncito? Primo —La voz de Jung Min era fría y dura, pero nada podría arruinar ese momento a Kyu Jong. Su primo anhelaba el trono de Kyu Jong con un impropio deseo. Los vampiros no podían ascender al trono hasta que tuvieran pareja.
Pero ahora que había encontrado a su pareja destinada, Kyu Jong mantendría su corona.
—No —dijo satisfecho—, Encontré a mi pareja.
—Bueno, no la escondas en la esquina, súbela al estrado para que todos podamos verla. Seguro que los otros quieren ver a tu esposa. Después de todo, todos esperamos demasiado tiempo.
Maldición. Imágenes de su familia aterrando a su pareja llenaron la mente de Kyu Jong. Podría matarlos si ellos lastimaban lo que era suyo.
—Seguro que lo presentare a la familia. —Aceptó con una sincera sonrisa hacia su primo.
Sintió un flash de placer cuando Jung Min se apartó un paso. Es raro para un príncipe encontrar una pareja masculina. En la larga y rica historia de la realeza de los vampiros solo había ocurrido un par de veces. Ambas veces llevaron a su reino a que se mantuviera, volviéndolo incluso más fuerte.
Los dioses habían sido buenos con él, y ni siquiera había visto a su pareja.
—Dile a los otros que me reuniré con ellos después. Haré la presentación en una hora más o menos.
Después de asegurarse que el hombre fuera suyo. Nadie alejaría a su hombre.
Cap3
Hong Ki repetía las frases de la profecía una y otra vez en su cabeza, mientras seguía a lado del príncipe.
Hyorin tenía razón. El hombre dijo que el más joven de ellos. Toda la familia había pensado que era su hermana, dado que ella era la última mujer.
Eso les enseñaría a no asumir cosas.
El fuego subió por su brazo cuando el príncipe vampiro lo tocó. Podía sentir el calor del hombre a través de la delgada tela. Si el toque del vampiro había afectado tanto a Ki habiendo tela entre ellos, estaba deseando descubrir cómo podría sentirse piel con piel.
El príncipe gruñó.
—Me vas a matar si no dejas de proyectar esas imágenes. Estoy sosteniéndome de un hilo.
Imágenes de él jodiendo al príncipe de los vampiros llenaron su cabeza, hasta que un gruñido bajo terminó con la diversión.
—Creo que tienes equivocado el orden de las cosas, mi dulce.
—No. —Dijo Hong Ki—. Si estamos destinados a estar juntos, tú vas a tener que recibir alguna vez. No voy a pasar el resto de mi vida siendo tu chico que recibe.
Su Abeoji siempre decía que empezar con las negociaciones era un buen plan a seguir.
El poco amistoso vampiro que se les había unido soltó una carcajada.
—Ya me agrada. —Las palabras del hombre eran amistosas, pero el tono era fuertemente amenazador e indicaba peligro. Hong Ki sabía que no le daría la espalda a ese hombre.
—Nos vemos después. —El príncipe dijo—. Dile a la familia que los veré en dos horas, Que nadie nos moleste o se atendrán a las consecuencias.
El frío en la voz del príncipe dejó que todos supieran que cualquiera que fuera la razón para interrumpirlo, no valdría el costo.
Intrépido, Hong Ki dejó que el príncipe lo arrastrara a través de las gruesas puertas de madera, al interior de una oscura cámara. Si ellos eran una real pareja, entonces él era la persona más a salvo del reino.
Estaba demasiado oscuro para que Ki pudiera ver algo más que sombras con la tenue luz.
Cuando el príncipe encendió un interruptor, la luz de una lámpara iluminó el cuarto. Hong Ki parpadeó varias veces tratando de aclarar su vista.
Por primera vez estaba solo con el príncipe de los vampiros. El nudo de tensión se apretó más. ¿Qué infiernos iba a hacer como una pareja de la realeza?
Ommoni no iba a estar muy feliz, ella esperaba que regresara a tiempo para la cena.
Abeoji podría estar emocionado.
—Mi Ommoni tampoco va a estar feliz, ella esperaba que me emparejara con una mujer. —El príncipe gruñó leyendo la mente de Ki.
—Entonces sal de aquí y con un infierno ve consigue una. —Hong Ki bufó y se dirigió hacia la puerta. O donde esperaba que estuviera, debido a la oscuridad.
—No te alejes de mí. —El príncipe grito—.Eres mi pareja y como las leyes de nuestro planeta exigen, te quedarás y serás mi esposo. Aquí no hay divorcios ni separaciones. Vivirás en mi palacio y en mi cama hasta el final de nuestros días.
La furia llenaba a Hong Ki.
—Sigue así y tus días van a llegar al final más pronto de lo que pensabas.
* * * * *
Kyu Jong miró hacia la figura cubierta y soltó una carcajada. ¿Qué infiernos estaba haciendo? Estaba iniciando una pelea el día de su boda y ni siquiera conocía apropiadamente a su esposo.
Suspirando, trató con otra aproximación. A diferencia de la mayoría de la gente en su reino, su nueva pareja no se intimidaba con su ira. Si era porque sabía que Kyu Jong no lo lastimaría, o solo porque el hombre era un testarudo, el príncipe no lo sabía.
—Empecemos con algo más simple. ¿Cuál es tu nombre?
—Hong Ki Lee.
Joder.
—¿Hong Ki Lee el hijo más joven del emperador?
—Sí.
El lado bueno era que su Ommoni estaría feliz de que se casara con alguien de la realeza. El lado malo era que había un rumor de que la única persona que el emperador amaba más que a sí mismo, era a su hijo menor. Las consecuencias de su unión podrían ser inmensas.
Tragando duro, el príncipe dijo las tres palabras que podrían cambiar su vida para siempre.
—Quítate la túnica.
— ¿Hay algún procedimiento que deba seguir? —La voz de Hong Ki era divertida y agregó irritación a Kyu Jong, que sentía que nunca vería a su pareja si seguían peleando.
—Entre más rápido mejor. —Trató de darle una sonrisa tranquilizadora, pero su pasión hizo que sus colmillos bajaran y probablemente lo asustaran más que calmarlo.
Oyó a Hong Ki tomar una profunda respiración, antes de quitarse la túnica y el velo con un suave movimiento.
El corazón de Kyu Jong se detuvo en su pecho cuando vio los delgados músculos expuestos. Brillante cabello dorado caía en capas escondiendo su cara cuando su pareja bajó la cabeza.
—Levanta la mirada, quiero ver tus ojos.
Controlándose, Kyu Jong vio la cara del hombre que estaba destinado a ser su pareja y olvidó como respirar.
Ojos dorados con manchas azules en una cara perfectamente simétrica. Pómulos esculpidos, una perfecta y aristocrática nariz, llenos y pequeños labios en forma de corazón que captarían la atención de los dioses para un beso. Si un artista quisiera dibujar la perfección, podría usar a su hombre de modelo.
El cuerpo de la belleza estaba cubierto con una negra camisa de seda, que cubría unos abdominales obviamente duros como una piedra, delgados pantalones de seda colgaban en todos los mejores lugares.
—Desnúdate. —El príncipe demandó, con una gruesa voz que apenas reconoció como suya.
Ki se quitó la camisa, revelando un pecho mucho más hermoso de lo que se insinuaba con la camisa.
—Por los Dioses y Diosas, eres un hombre hermoso. —Esas palabras eran suaves y fervorosas, como si desgarraran el alma de Kyu Jong.
—Quítate los pantalones.
Kyu Jong se sorprendió cuando su pareja cruzó los brazos sobre su pecho, sus ojos dorados brillaban con desafío.
—¿Qué te vas a quitar?
—¿Yo?
¿Cómo había perdido el control de la situación?
—Sí, tú. Si vas a ser mi pareja quiero ver lo que voy a obtener.
Un gruñido salió de lo profundo del pecho del príncipe.
—Vamos a ser pareja. —El pensamiento que su belleza dorada fuera tocado por alguien más oprimió su estómago. Se sintió físicamente enfermo.
* * * * *
Hong Ki veía al príncipe. Él recibió una molesta mirada de esos ojos verdes, antes de que el príncipe se quitara su camisa plateada.
Los abdominales marcados en el abdomen y la naturalmente bronceada piel del príncipe se ondulaban debido al movimiento de los músculos. Algunas cicatrices cruzaban su cuerpo, dándole un aspecto de hombre caliente y agregando interés.
Hong Ki sonrió, mientras soñaba con lamer hasta el último músculo.
Su pene se llenó tan rápidamente en respuesta a la imagen, que se sintió mareado. El bulto debajo del pantalón de cuero del príncipe, era evidente y merecía atención. Como si estuviera en trance, Ki cayó al suelo y sus rodillas golpearon la alfombra con un fuerte sonido.
Con torpes dedos, Ki desanudó los intrincados lazos del pantalón en cuestión de segundos.
—¿Tienes experiencia? —La voz del príncipe era divertida y de alguna manera, se oía casi celosa. Alejando el pensamiento, Hong Ki sacó el largo y grueso pene del príncipe y lo admiró por un momento.
La bulbosa cabeza lo llamaba, tentándolo a acercarse, con la pegajosa ambrosía.
Encantado con su descubrimiento, Ki lamió la esponjosa punta.
Kyu Jong siseo.
—¿te he dado permiso para hacer eso?
—Nop. —Hong Ki contestó divertido, antes de introducir por completo en su boca y profundamente en su garganta el delicioso pene. Tragando y chupando al príncipe, tratando de obtener más del agridulce sabor. Cuando Kyu Jong tomó fuertemente su cabello, él gimió feliz y siguió llevando a la locura al príncipe, con calientes y fuertes succiones.
—Misericordia bebé. Detente o me correré.
Dado que ese era el punto, Hong Ki ignoró la advertencia y chupó al príncipe hasta que gritó e inundó su boca con su deliciosa corrida, la cual tragó rápidamente. Lo mantuvo en su boca y lo liberó suavemente cuando el pene del príncipe estuvo flácido.
Apenas tuvo unos segundos para saborearlo, antes de que rudas manos lo levantaran por su cabello.
Duros labios devoraron su boca, enviando ondas de calor igual a pequeñas explosiones por su columna.
¿Quién diría que unos duros labios eran el secreto al paraíso?
Gimiendo, se derritió, dejando que el hombre más grande tomara el control. Estaba tan ensimismado en los besos y caricias de las grande manos de Kyu Jong, que no se dio cuenta que le habían bajado los pantalones hasta que sintió el frío aire en su desnudo trasero y pene.
—Ahora yo puedo ver lo que obtendré. —El tono bromista causó que Ki sonriera. La preocupación de que su seria pareja no tuviera sentido del humor se diluyó en la distancia.
Una grande y callosa mano lo agarró bombeándolo de manera experta. La cabeza de Sungmin cayó hacia atrás en éxtasis, inconsciente de que su desnudo cuello estaba frente al príncipe de los vampiros.
—Dime que eres mío. —La voz del príncipe se deslizó en su mente, mientras sus largos incisivos raspaban el cuello de Hong Ki y el deseo iba directo hacia su eje. Era difícil enfocarse en las palabras, cuando las acciones en su cuerpo confundían su mente.
Estaba tan cerca de correrse, cuando la gloriosa mano se detuvo. Hong Ki soltó un grito de frustración y vio hacia el par de brillantes ojos verdes.
—¿Qué? ¿Por qué te detuviste?
Cerrando su mano sobre la de Kyu Jong, trató que volviera a moverse con el intoxicante ritmo.
El príncipe se rehusaba a moverse.
—No hasta que aceptes que eres mío. Voy a tener tu consentimiento antes de que te corras.
La furia llenó el cuerpo de Ki. Palmeó la mano del príncipe alejándola y subió sus pantalones.
—Solo porque declares que soy tuyo, no lo hace real.
Los hermosos ojos verdes de Kyu Jong se oscurecieron casi a negros.
—No, el hecho de que tú seas mi pareja, te hace mi pareja. No hay elección involucrada en esto. —Brazos tan duros como el acero envolvieron a Ki—. Para tomar tu sangre necesito tu permiso. No puedo tomar tu esencia sin tú permiso.
Hong Ki sintió un frío subir por su columna.
—¿Si te niego la sangre dejaremos de ser pareja?
—No. Te lanzaré dentro de una mazmorra y alimentare a la brigada de vampiros con tu hermana.
Kyu no se sorprendió cuando los hermosos ojos brillaron con ira. Maldición, era hermoso enojado. —
Toca a mi hermana y será la última cosa que hagas niño colmilludo.
—¿Niño colmilludo? —Kyu se rió y jaló a su pareja a sus brazos—. Relájate mi dulce. Te he estado buscando por cientos de años. Hay muy poco que no haría por ti. ¿Qué puedo hacer para que te sientas más tranquilo?
El príncipe inhaló el aroma de su pareja y se sorprendió con la ausencia de miedo. Si su pareja estuviera asustado, habría pocas esperanzas de tener una larga y feliz unión. Había un rastro de ira en la cálida carne dorada, pero no miedo. Soltando un suspiro de alivio, Kyu Jong lamió un largo camino hacia arriba por el cuello de su pareja.
Un bajo gemido salió de Ki.
La necesidad llenó al vampiro, hasta que todo lo que pudo sentir fue el calor y el deseo saliendo de su amante en ondas de lujuria.
—Entrégate a mí. Déjame tomar tu sangre.
—Sí. —Hong Ki exclamó—. Tómame.
Satisfecho por el triunfo, Kyu bajó sus colmillos y mordió profundamente la yugular de su pareja. Los recuerdos de Hong Ki fluyeron a su mente. Un grupo de gente sonriendo, la cara del emperador llena de amor, una hermosa mujer con los ojos de Ki, inclinada hacia delante, abrazándolo. Una buena vida.
Una vida llena de recuerdos felices y de gente que lo adoraba.
Con una punzada de culpa, el príncipe retrajo los colmillos, lamiendo con sus labios para absorber la última gota.
—Tenías una buena vida.
Las hermosas cejas del hombre se unieron.
—Lo dices como si se hubiera acabado. ¿Voy a tener ahora una existencia de mie**a? Pensé que se suponía que amabas, adorabas y apreciabas a tu pareja.
Kyu Jong pasó su mano por el pecho de Hong Ki.
—Ahora estás en una posición de poder por ser mi pareja. Otros no son amables con quien está en una posición superior.
La frente de Ki se relajó y mostró una brillante sonrisa.
—¿Es eso lo que te preocupa? He formado parte de una poderosa familia toda mi vida. Estoy acostumbrado a los cretinos que tratan de utilizar a otros con poder.
Kyu le dio una hermosa y cálida sonrisa mientras acariciaba su dorada piel.
—Tu Abeoji te ha protegido tan bien, que ni siquiera te había visto. No tendrás ese tipo de trato aquí.
El príncipe no podía dejar de advertir a su hombre. Incluso aunque supiera que era su pareja destinada, no quería que el jovencito sufriera. Quería mantener al bello en su brillante burbuja, donde estaba rodeado de amor, aceptación y solo recibía miradas de adoración. Pensar en que sus malvados parientes pudieran hacerle tan solo un rasguño al brillo de Sungmin, era una daga en el corazón de Kyu Jong.
—No te preocupes cariño. Puedo cuidar de mí mismo.
¿Quieres presentarme con tus parientes ahora que ya me reclamaste?
—Quiero reclamarte más. Completamente.
Hong Ki se deslizó fuera de los brazos de Kyu y de su ropa antes de extenderse en la cama con los brazos y piernas abiertas, en una pose de sacrificio.
—Entonces, tómame. —Dijo el bello, con una sonrisa.
Un gruñido bajo salió de la garganta del príncipe.
Apenas retiró completamente su ropa, antes de lanzarse hacia el festín acostado en su cama listo para el sacrificio.
Como un hombre hambriento, el lamió y mordisqueó cada centímetro de su hermosa pareja. Inhalando el aroma del otro hombre hasta ser parte de su esencia. Kyu Jong acarició con su nariz las bolas de su pareja y pasó su lengua por el delicioso pene de Ki, hasta que se levantó en toda su gloria. Por un breve momento se preguntó qué se sentiría tenerlo en su interior, pero esa sensación sería para otro día.
Ahora, él tenía que hacerlo formalmente su pareja. Hong Ki no iba a dejar el cuarto sin un emparejamiento completo.
—Gírate, así podré hacer nuestra primera unión apropiadamente.
Por un momento, se quedó impactado por la forma del trasero de su amante, pero el príncipe se sacudió y regresó a su tarea.
Abriendo el cajón de la mesita de noche, Kyu sacó un bote de aceite y cubrió abundantemente sus dedos y su pene. Cuidadosamente, introdujo un dedo, luego dos y los abrió en forma de tijera suavemente, antes de introducir el tercero en su pareja.
—Jódeme ya. —gritó Hong Ki.
Kyu se rió, sintiéndose despreocupado por primera vez en siglos.
—Lo haré, mi pareja, pero tengo que prepararte. No soy un hombre pequeño.
—No, no lo eres. —El príncipe sonrió ante la satisfacción en la voz de Hong Ki.
Después asegurarse de que su hermosa pareja estuviera lo suficientemente relajado para recibirlo, Kyu se alineó y se deslizó dentro del paraíso.
—Ahh. —suspiró. Cuando su cuerpo estuvo completamente fusionado con el de Ki, se detuvo para disfrutar la sensación de ellos dos convirtiéndose en uno.
Después de un momento, Hong Ki comenzó a moverse.
—Detén eso. —Palmeó el trasero de su amante.
Ki soltó un bajo gruñido y se movió más.
Lo palmeó más duro.
—Ouch. —Hong Ki giró la cabeza y lo vio fijamente—.
El abuso del esposo no agradable.
—Pobre bebé. —Kyu le dio a Ki un beso en su linda nariz—. Este beso hará que te sientas mejor.
Ahora tengo otras cosas que hacer.
Tomando las caderas de Hong Ki, Kyu Jong se deslizó fuera y entonces dentro, lentamente bombeó dentro del cuerpo de su amante que liberaba bajos gruñidos que lo volvían loco.
Con los gemidos de su amante animándolo, Kyu tomó el pene de Ki y lo bombeó con el ritmo de sus movimientos. Un momento después, ambos se corrieron. Hong Ki colapsó bajo su amante, sus huesos estaban derretidos.
Un tosco peso cayó en su espalda.
Confuso, miró hacia atrás.
—Bájate. —Dijo Kiki jadeando.
—Lo siento amor. —Kyu se deslizó a un lado y le dio un beso de disculpa a su pareja—. Eso fue asombroso.
Los ojos de Hong Ki se cerraron y parpadeó, abriéndolos de nuevo.
—Voy a tomar una siesta. Mis parientes pueden esperar. Esperaron tanto tiempo que puedan esperar un poco más.
Contento por primera vez en siglos, Kyu Jong se enlazó con su pareja y se deslizó dentro de un pacífico sueño.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario