martes, 23 de diciembre de 2014

Juramento Incumplido *Terminado*


Capítulo 1

─Calle Sexta con la principal. ─Dijo el conductor del autobús.

Hyung Joon estaba contemplando la oscuridad que había fuera de la sucia ventana. A su alrededor los otros pasajeros estaban congelados en sus asientos como ovejas aterradas que no quieren ser llevadas a un destino concreto. Todo el mundo sabía que la Sexta era donde iban todos los desviados. Era donde podías conseguir una mamada si ibas al baño correcto del local correcto. Donde los hombres iban vestidos con cuero negro y cadenas, esperando a chuparte o follarte, o a ser follados. Cualquiera que fuera la preferencia, lo retorcidos que fueran los deseos, lo podías encontrar en la Sexta, o eso es lo que Hyung Joon había escuchado.

Cobardes, pensó contemplativo, mirando a su alrededor las caras ansiosas.
Pero sabía que no era el elemento gay lo que mantenía a los pasajeros pegados a sus asientos. Había otras cosas que rondaban por esta parte de la ciudad –a una parada más de bus, para ser precisos. La Séptima con la principal – el barrio carmesí, como le llamaban.

Vampiros. El simple pensamiento le producía una ola incómoda de adrenalina y miró de nuevo a través de las ventanas, como si pensara que uno de Los Perdidos pudiera aparecer bajo las luces de neón. Los vampiros se mantenían siempre en el barrio de la calle Séptima. Mientras te mantuvieras alejado de esa zona, no te molestarían. Era el mejor compromiso al que habían llegado con el alcalde, y para darles algo de crédito, todavía no habían cruzado el límite. Demasiados humanos curiosos estaban dispuestos a convertirse en presas, así que los vampiros nunca tenían sed.

Y de todas maneras, se recordó a sí mismo, no eran los vampiros lo que le interesaba. Se había subido al bus que iba hasta la Sexta por un motivo. Para descubrir si era… Marica. ¿Eres marica, chico? ¿Eres un mariquita? Las bruscas palabras de su Abeoji resonaban en la cabeza de Joon como campanas y su mandíbula se tensó.

Si hubiera escondido su libro de bocetos mejor. Si el viejo no hubiera rebuscado en su habitación, buscando Dios sabe qué. Quizás pruebas de que su hijo fuera gay, o quizás algo que lo refutara. Si esperaba encontrar ejemplares de Playboy o Hustler escondidos bajo la cama, se había decepcionado. Todo lo que encontró fueron dibujos con desnudos – desnudos de hombres – todos hechos por su hijo. Sensible, artístico, creativo. ¿No eran esas palabras sinónimos de marica?

Hyung Joon sabía que su Abeoji estaba decepcionado porque no estaba en el equipo de fútbol de la universidad como él había estado en su juventud. Pero midiendo metro ochenta, no podría ser un delantero, y aunque su cuerpo estaba hecho para los deportes, su cara le hubiera descartado de inmediato. Pelo espeso, rubio oscuro, ojos azules y una boca rosada era lo que reflejaba el cristal del autobús. Guapo no era la palabra que le describía, más bien era hermoso. Había llevado ese peso toda su vida.

Pero hermoso o no, había salido con chicas, incluso había besado a algunas.

Demonios, una chica de un curso más, So Yi Hyun , la put* de la clase, había estado con él una vez detrás de las gradas. Había sido una experiencia decepcionante, pero al menos una heterosexual, y Joon no tenía ganas de repetirlo. Le gustaban las chicas. Podían ser muy buenas amigas, sus confidentes, y era más fácil estar con ellas que con los machos llenos de testosterona que había en los pasillos del instituto. Pero… no servían para mucho más, en su opinión.

Aun así, solo porque tuviera poco interés en el sexo opuesto no quería decir que fuera gay, ¿Verdad? Lo que necesitaba era un viaje al lado salvaje – solo una experiencia con otro tipo – un hombre, esperaba. Alguien más mayor, con más experiencia. Alguien que le pudiera mostrar cómo hacerlo. Entonces lo sabía. Saberlo era mejor que no saber nada, o eso se decía a sí mismo.

¿Eres marica? Las palabras de su Abeoji le golpearon de nuevo, como una aguja caliente en su cerebro. ¿Bueno, lo eres?

─No lo sé, Appa. ─Murmuró bajo su aliento, mirando las luces de neón de la calle Sexta por la ventana. ─Pero supongo que lo averiguaré.

─Calle Séptima con la principal. Todo el mundo que vaya a la Séptima con la principal que se baje ahora. ─La voz del conductor interrumpió sus pensamientos.

Séptima con la principal, ¡el barrio carmesí! Había pasado tanto tiempo sentado auto-compadeciéndose que se había saltado la parada de autobús. Ahora había ido demasiado lejos.

Un hombre de pelo gris sentado frente a él quitó su vista del periódico y le miró con sorpresa bajo sus gafas. ─¿Te vas a bajar aquí? ─Le preguntó a Joon, quién se levantó.

Hyung Joon juró de nuevo, en voz alta. ¿Bajarse o quedarse? ¿Arriesgarme con los peligros de la Séptima para volver a la Sexta o sentarme como un buen cordero hasta el final de línea para coger el bus que me lleve a casa? Casa, donde su Abeoji estaba esperando para preguntar dónde había estado. Y no lo olvidemos, y con quién.

La imagen decidió por él. Un montón de vampiros no dan tanto miedo como la cara de su Appa, medio decepcionado, medio furioso mientras preguntaba, tratando de averiguar dónde, por qué, con quién y cuándo.

─¿Séptima con la principal? ¿Alguien? ─dijo el conductor, un hombre negro viejo con ojos amarillos, le miraba desde el retrovisor.

─Sí. –Dijo Joon, moviéndose hacia la parte delantera del bus─. Yo. Me bajo aquí.

─Es un suicidio. ─Dijo el conductor, con nada de excitación en su voz─. ¿Estás seguro?

─ Lo estoy. ─Joon se acercó a las puertas y esperó a que se abrieran.

─Como quieras. ─Dijo el conductor, y antes de que pudiera darse cuenta, Joon estaba en la esquina de la Séptima con la principal, mirando como desaparecía el bus en la distancia.

La Séptima no estaba tan iluminada como la Sexta, notó, metiendo sus manos en los bolsillos de su chaqueta y temblando cuando el frío aire le golpeó. De hecho, estaba muy oscura, incluso las farolas estaban apagadas o quemadas. La ciudad no les pagaba a los trabajadores para venir al barrio carmesí a cambiarlas y a los vampiros no les importaba. ¿Por qué deberían? Se rumoreaba que podían ver igual de bien con luz que en plena oscuridad.

Las luces de neón de la Sexta estaban ante él, a solo una manzana. Las luces de la experiencia, de la sabiduría.

Joon movió los hombros, metió hasta el fondo sus manos en los bolsillos de su chaqueta vaquera y anduvo rápido. Al otro lado de la oscura calle, veía carteles de color rojo brillante. Barrio Carmesí, Casa del Dolor, Bajo el Colmillo, y Deseo de Sangre, pasó de largo ante todos. Estaba más interesado en los clubs de baile y de cuerdo de la Sexta que en los oscuros y peligrosos bares de sangre de la Séptima.

No me incumben, Joon se dijo a sí mismo manteniendo la barbilla alta. Solo aléjate de los bares y sigue andando. La señal verde que indicaba la calle Sexta apareció ante él y sintió una ola de alivio y confianza. Después de todo, no era como si los vampiros pudieran aparecer en mitad del aire ¿Verdad?

─Hola, Pequeño. ─Una profunda voz que parecía venir de todas y de ninguna parte a la vez. Joon se detuvo en seco, lo tuvo que hacer para no tropezarse con el alto, cadavérico y delgado hombre que apareció de pronto ante él.

─¿Vas a alguna parte? ─Preguntó el hombre, sonriendo ampliamente dejando ver un par de colmillos amarillentos, largos y afilados. Un vampiro, uno de Los Perdidos. Joon nunca había visto uno antes y parecía justo como se lo había imaginado. Oscuro, extraño, maligno.

Tragó saliva y escuchó un crujido en su cuello. Su boca estaba seca y su corazón latía tan fuerte que sentía como su cuerpo entero se estremecía. El delgado y alto vampiro iba vestido de negro y tenía el pelo largo, negro, grasiento que le caía sobre los hombros esqueléticos. Parecía un superviviente de un campo de concentración, pero había algo en su cara que mostraba una fuerza malvada y brutal.

Tranquilo, se dijo Joon a sí mismo. Dile que no estás interesado y márchate. ─Voy a la Sexta ─dijo, moviéndose para rodear al alto vampiro─. Discúlpeme, por favor. ─Sonaba ridículamente educado, pero no había que hacer enfadar a las criaturas que sabías que podían cenarte si querían.

─No lo creo. ─El vampiro se movió para bloquearle el paso antes de que pudiera avanzar en esa dirección─. Eres un trozo de carne demasiado blando para la calle Sexta, querido. Tus gustos pertenecen a la Séptima – aquí con nosotros – en el barrio carmesí.

─Por favor ─Joon retrocedió, casi tropezándose─. Me... me bajé en la parada de bus equivocada. No quería venir hasta aquí.

─Qué lástima. Ahora estás aquí. ─El vampiro sonrió más y se inclinó hacia el cuello de Joon. Su aliento era frío y aterrador – un olor de sangre y podrido – como huele la carne que se ha estropeado en el frigorífico.

Joon trató de apartarse pero el vampiro lo tenía sujeto por el brazo y era terriblemente fuerte, y parecía estar por todas partes. No importaba hacia donde se moviera Joon, no podía escaparse. Iba a morir ahí, con las luces de la calle Sexta riéndose de él, sin siquiera averiguar la verdad sobre él mismo.

─Tan dulce, querido. ─Siseó el vampiro. Los afilados colmillos rozaron la carne de su cuello, haciendo brotar gotas de sangre y notó el terror, cálido y pegajoso, en el fondo de su garganta. Desaparecía de la faz de la tierra sin dejar rastro. Su padre probablemente se alegraría de ello.

─Deja que el chico se marche, Hyun. ─Una profunda voz sonó por encima de los latidos de su corazón en sus oídos. Bruscamente, el aliento de la criatura fue reemplazado por aire frio sobre su cuello. Joon suspiró aliviado, sintiendo que estaba a punto de hiperventilar.

─Esto no es asunto tuyo, Jung Min. ─El delgado vampiro todavía le estaba sujetando, con un brazo rodeando su cuello, pero había una innegable tensión en su tono de voz.

─Ahora sí. –El que había hablado se hizo visible: un hombre alto con pelo castaño y ojos avellana apareció en la oscuridad. Iba vestido con unos vaqueros desgastados y un jersey de color crema que enfatizaba el ancho de sus hombros. Su expresión era firme, determinada─. El chico ha dicho que no quería venir aquí, no es juego limpio. Deja que se vaya.

─Demasiado tarde. ─Una fría lengua pasó por encima de las heridas de su cuello y Joon se estremeció de asco─. Ya le he probado. ─Dijo el vampiro llamado Hyun.

─Le he marcado como víctima, es mío.

─–¿Quieres ir con él?

Le tomó a Joon un minuto darse cuenta de que el hombre de pelo castaño y anchos hombros hablaba con él. Sin decir palabra, sacudió negativamente la cabeza.

Quería decir algo más definitivo, quería gritar NO a pleno pulmón, pero su lengua estaba congelada en su boca.

─No te quiere, Hyun. No te ha escogido. ─Dijo el hombre llamado Jung Min. Suéltale o tendrás que sufrir las consecuencias.

─Te mostraré tus consecuencias. ─Gruñó Hyun. Soltó a Joon y se tiró a por el hombre. Hubo una mancha borrosa mientras Jung Min se apartó. Joon miró, con los ojos abiertos e incapaz de moverse, una pelea tan rápida que casi era imposible de seguir con la mirada. Casi no tuvo tiempo de caerse antes de que terminara.

─Ya está. ─ Jung Min apareció ante él, quitándose el polvo del jersey y respirando normalmente. No había señales de Hyun. Tan pronto como había aparecido, se había marchado, ante el gran alivio de Joon.

─Yo… tú… gracias. ─Consiguió decir, mirando la cara de su salvador.

─De nada, Bebé. ─ Jung Min le sonrió─. Ahora voy a mirarte el cuello.

Antes de que Joon pudiera protestar, unas fuertes manos inclinaron su cabeza hacia un lado dejando expuestos los arañazos que había hecho el vampiro. Le hacía sentirse vulnerable mostrar su cuello así, pero no de la horrible forma que había sentido con el asqueroso toque de Hyun.

─Esto no es bueno. ─ Jung Min fruncía el ceño─. Hyun realmente te ha marcado.

─No sé lo que eso quiere decir. Solo quiero ir a la calle Sexta. ─Joon le miró rogante─. Quiero olvidar lo que ha sucedido. Juro por Dios que nunca más pasaré por aquí.

─No importa si pasas o no, la marca de Hyun atraerá a otros vampiros hacia ti. No estarás a salvo en ningún lugar de la ciudad. ─ Jung Min sacudió la cabeza─. No puedo arreglar esto aquí. Tendrás que venir a casa conmigo.

Joon le miró. Ser invitado a casa de un hermoso hombre desconocido era exactamente lo que esperaba, pero no de esta manera.

Quería adquirir algo de experiencia, algo de conocimiento propio, no primeros auxilios de un buen samaritano - y probablemente heterosexual –hombre que pasaba por el barrio Carmesí en el momento justo para rescatarle. Además, ¿Qué sabía realmente sobre este tipo? Min no le dejó tiempo para decidir. Cogiendo a Joon de la mano, le llevó hasta una calle lateral y se adentraron en el barrio. Antes de que pudiera protestar, estaban delante de unas escaleras que bajaban hasta una puerta.

─Espera un minuto. ─Soltó su mano de la de Min, mirando el subterráneo lugar─. ¿Qué es este lugar?

─Mi casa. ─ Min se giró para hacerle frente─. Me estoy arriesgando al traerte aquí, sabes… ─Frunció el ceño─. ¿Cuál es tu nombre, a todo esto?

─Hyung Joon. Pero no quiero…

─No es lo que quieres o no, es sobre limpiar la marca y ponerte a salvo. ─ Min le empujó por las escaleras. Y antes de que pudiera darse cuenta, Joon atravesó una puerta hacia una pequeña, cálida e iluminada habitación.

No era un apartamento muy estilado o caro, pero los muebles y las llamas que lo iluminaban desde la chimenea lo hacían parecer acogedor. Las paredes, de color amarillo dorado, estaban llenas de estanterías. Vio que había una alfombra roja desgastada, pero limpia en el suelo de madera. Un gato persa blanco se acercó hasta Joon y se refrotó en sus tobillos, ronroneando.

─Mi gata, Isabel. ─Dijo Jung Min a modo de disculpa─. Espera un momento mientras le doy de comer ¿Vale?

─Uh, claro. ─Joon sintió el nudo de tensión en su pecho relajarse un poco. Él era un amante de los animales. Seguramente un tipo que tenía un gato y que lo trataba bien no podía ser malo. Se acomodó en el sillón que era algo más oscuro que la alfombra y se quitó la chaqueta vaquera.

─Ahora que está contenta, tendremos algo de tranquilidad.─ Min giró una esquina, asombrando a Joon. ¿Cómo podía moverse tan rápida y ágilmente? Por primera vez, Joon se preguntó cómo había podido vencer tan fácilmente al vampiro.

Todo había pasado tan deprisa. ¿Los vampiros no tenían fuerza sobrehumana? ¿Entonces cómo…?

─Espero que no te importe, pero hace mucho calor aquí. ─ Min interrumpió sus pensamientos quitándose el jersey, mostrando su pecho desnudo. También se quitó los zapatos, así que ahora solo llevaba puestos los ajustados y desgastados vaqueros. La luz de la chimenea se reflejaba en su cuerpo, haciendo que su piel pareciera dorada y añadiendo reflejos rojos en su pelo.

─ Yo... um…─ Joon trató de no mirarle fijamente. Fuera lo que fuera Min, si era heterosexual, y decidía que Joon no lo era, y él le pillaba mirando… bueno, ya le habían dado suficientes palizas en la clase de gimnasia para saber cómo terminaría.

─Es solo que la temperatura de mi cuerpo es algo más baja que la tuya – que la de un humano. ─Explicó Min a Joon ─. Así que tiendo a tener calor más rápidamente.

─Que un…─ Joon levantó la cabeza y miró al hombre que estaba a su lado en el sillón con horror─. ¿Entonces eres…?

─Un vampiro. ─ Jung Min lo dijo como si fuera la cosa más natural del mundo. Sonrió, mostrando los colmillos tan afilados como los de Hyun, aunque considerablemente más blancos. Brillaban como perlas bajo la luz del fuego.

Joon se levantó, con pánico, pero los dedos largos y fuertes de Min le cogieron de la muñeca. El vampiro no estaba apretando ni haciéndole daño, pero estaba claro que no podría irse.

─Siéntate ─dijo con voz amable─, no quería asustarte. ¿Qué pensabas que era, de todas formas?

─No lo sé. ─Joon se sentó en el sofá poniendo la máxima distancia entre ellos como le era posible. ─Pero no… no pareces un vampiro.

─¿De verdad? ─ Min sonrió de nuevo, una expresión que iluminaba sus ojos de color avellana─. ¿Y cómo son los vampiros, Joon?

─Como… como él. El que me atacó. El que llamaste Hyun.

─Oh, ¿Así que todos los Perdidos somos malvados y feos? ¿Seres delgados que atacamos a chicos humanos inocentes que encontramos tratando de escapar de nuestro territorio? ─La voz de Min no sonaba molesta si no triste. Un rastro de pena en su voz hizo que Joon tragara saliva.

─No, yo… no quería decirlo así. ─Protestó─. Siento si lo he dicho mal. Solo… Min le soltó. ─No te disculpes. Para ser sinceros, hay muchos más vampiros como Hyun que como yo. Soy un Guardián, he jurado proteger a los inocentes de los de mi especie. Tuviste suerte de que decidiera salir esta noche en vez de quedarme en casa junto al fuego con un libro. ─Suspiró─. Pero me siento solo aquí con nadie excepto Isabel como compañía, así que aparecí justo a tiempo para salvarte.

─… Sí… Um, gracias. ─Joon se lamió sus secos labios─. ¿Así que no vas a hacerme daño? ¿No me morderás?

─No he dicho eso. ─Dijo Min suavemente. Se acercó de nuevo, tomando a Joon de la muñeca antes de que pudiera levantarse del sillón─. Tranquilo, no voy a desangrarte. Pero tendré que limpiar la herida que te hizo Hyun y ponerte mi propia marca para mantenerte a salvo. Entonces te dejaré ir. ─Tiró de los brazos de Joon, acercándolos a su amplio pecho─. Acércate un poco más y podremos comenzar.

Capítulo 2

─Pero…─ Joon sintió como su cabeza le daba vueltas.
Todo se movía tan rápido. Min le había capturado de alguna forma en sus musculosos brazos y ahora estaba sobre su cuello expuesto.

─Quítate la camiseta, Bebé, hará las cosas más fáciles. ─El vampiro dijo en su oído. De cerca, Joon no pudo evitar sentir que la dorada piel de Min tenía un olor cálido y picante. Pero por muy secretamente que hubiera deseado esta seducción, no estaba acostumbrado a ser manejado por otro hombre.
─… espera un minuto. ─Trató de liberarse del agarre de Min y el vampiro le soltó─. ¿Qué estás haciendo? Cuando dijiste que ibas a limpiar las heridas, pensé que querías decir con algún tipo de kit de primeros auxilios o algo.

Min inclinó su cabeza hacia detrás y se rió, un caliente sonido que atravesó el cuerpo entero de Joon. ─No te preocupes, Bebé, no estoy tratando de seducirte. Pero ningún kit de primeros auxilios podría librarte del veneno de un vampiro hostil. Solo el toque de un Guardián puede hacer eso.

─¿El toque? ─Joon le miró dubitativo─. Pero estabas…–─gesticuló hacia la boca roja de Min ─. Quiero decir, pensé que ibas a, eh, besarme o algo así. ─Se sonrojó como un idiota. Maldición, nadie que le estuviera viendo podría saber si se había subido al estúpido bus para buscar un encuentro con otro hombre. No por la forma en que estaba actuando.

─No lo iba a hacer. ─Negó Min suavemente. Se acercó y rozó la sonrosada mejilla de Joon con un dedo─. Iba a lamer tu cuello y chupar el veneno. ─Su voz se puso más seria─. Tengo que hacerlo. Si no las heridas se cerraran y tu sangre se envenenará. Venga. ─Trató de acercarse de nuevo a Joon pero éste se resistió.

─Espera… prometes… ¿Prometes que no me vas a morder? ─Joon miró los brillantes colmillos dudoso, con el corazón agitado.

Tenía la oportunidad de estar cerca de otro hombre, lo más cerca que deseaba. Pero bajo circunstancias que nunca había imaginado. Tenía miedo, admitió, miedo de dejar que el desconocido y hermoso Min le tocara de nuevo, sin importar lo mucho que lo quisiera y las ganas que tuviera de seguir sus órdenes.

─Hyung Joon. ─Jung Min acarició su mejilla de nuevo, con una sonrisa amable en su cara─. Juro sobre el alma que perdí cuando me convertí en lo que soy, que no te morderé en el cuello. ¿Te sirve?

─Su… supongo. ─Joon fijo─. ¿Perdiste el alma?

Jung Min se encogió de hombros, sin importarle mucho. ─¿Por qué crees que nos llaman los Perdidos? Cuando mi cuerpo sea destruido no iré ni al cielo ni al infierno.

Simplemente dejaré de existir. Pero para eso quedan milenios enteros y tengo que limpiar la herida antes de que se cierre. ─Se inclinó hacia delante, mirándole a los ojos─. Quítate la camiseta, Joon, y acércate.

Sintiéndose mareado, Joon hizo lo que le pidió el vampiro, quitándose su camiseta azul pálido y acercándose a los brazos de Min. En vez de ir directo a su cuello, Min le abrazó cálidamente. Su piel era algo más fría de lo normal, pero se sentía bien sobre la piel sobrecalentada de Jon.

─Venga ─murmuró el vampiro suavemente en su oído─, relájate, Bebé. No tienes nada que temer de mí.

Joon no sabía si creerle al vampiro o no, pero se relajó en ese instante, cayendo sobre el cuerpo musculoso de Min aunque su corazón seguía latiendo en su pecho.

Ante la petición de Min, puso la cabeza sobre el brazo derecho del vampiro, el bíceps contra su cuello, mientras mostraba el lado herido de su garganta.

─Así está bien. ─ Susurró Min, su frío aliento le produjo escalofríos a Joon.
Entonces su cálida y húmeda lengua comenzó a moverse sensualmente sobre las heridas de su cuello.

Joon se quedó sin aliento y tuvo una erección inmediata. ¡Maldición! Si esto estuviera pasando en otras circunstancias hubiera sido perfecto.

Tal y como estaban las cosas, no sabía la orientación de Min, ni la suya propia, y cada minuto que pasaba las cosas eran más raras. Por un lado, el vampiro le había dicho que estaba limpiando las heridas para evitar una infección.
Por otro lado, la forma en que le lamía y chupaba el cuello de Joon era terriblemente sensual – demonios, sexual.

Se movió incómodo bajo el abrazo del vampiro, cientos de preguntas corría por su mente. ¿Me gusta esto porque es un hombre o porque se siente bien? ¿Quiere decir algo? ¿Será hetero? ¿Gay? ¿Y si se da cuenta de que la tengo dura? La última pregunta le hizo sentirse tan consciente de su cuerpo que no pensaba poder aguantarlo. Su pene latía como una barra de acero fundido bajo sus pantalones y deseó tener una manta o algo para taparlo. Su chaqueta estaba fuera de su alcance, sobre el brazo del sillón.

─Casi he terminado, Joon. ─La profunda voz en su oreja le hizo aterrarse todavía más, ¿y si el vampiro notaba el estado en el que estaba? Entonces una grande y caliente mano se puso sobre la tienda de campaña de sus pantalones. El gesto no era sucio ni seductor, era más como reconfortante─. No te preocupes por esto ─murmuró Min en su oreja─. Soy incapaz de curar sin dar placer. No importa cuáles sean tus preferencias, tu cuerpo reacciona igual.

─Oh. ─La boca de Joon estaba tan seca como una tormenta de arena─. No… no quería… ─Su pene le dolía al latir contra la mano que la rozaba pero se atrevió a moverse. Cuando el vampiro quitó la mano y se centró en el cuello de Joon, Joon deseó que no lo hubiera hecho.

Pero pronto la sensación de la boca de Joon sobre su cuello eliminó cualquier otro pensamiento de su mente. La lengua del vampiro estaba caliente y húmeda, lamiendo su cuello, y de vez en cuando se paraba a chupar sobre su piel. Joon sintió los afilados colmillos rozar su cuello, pero nunca le hirieron.

Incapaz de evitarlo, Joon gimió. Una chica le había hecho un chupetón una vez, en una apuesta, cuando estaba en el instituto, pero no había sido nada comparada con la ola de placer sensual que sentía bajo el amable roce del vampiro. ¡Dios, le estaba volviendo loco! Estaba seguro de que si Min no hubiera parado, se hubiera corrido sólo con que le chupara el cuello.

Justo cuando sentía que estaba a punto de explotar, las sensaciones se detuvieron.

Joon no sabía si sentirse aliviado o frustrado. Su pene latía en sus pantalones y sus testículos le dolían por la tensión.

─¿Estás bien? ─Min le miró, con preocupación en sus ojos avellana.

─Claro. ─Joon trató de incorporarse en el sillón y respiró profundamente─. ¿Has, eh, terminado ya? ─Esperaba no sonar demasiado decepcionado.

─Todavía no. ─Min sonrió y se levantó ágilmente, como un gato que se estira─. Pero has perdido algo de sangre y perderás un poco más cuando termine. ¿Quieres algo para beber?

─Yo, eh…─ Joon se lamió los labios─. ¿Qué quieres decir sobre perder sangre? Preguntó sospechosamente.
Jung Min suspiró y pasó una mano por su pelo. ─Hyun puso su marca en ti, una marca de aceptación. Es como… como si fueras un cebo para otros vampiros. Les llevará a ti estés donde estés a no ser que yo haga algo para anularla.

─¿Y qué vas a hacer? ─Joon se inclinó hacia atrás con las manos en forma de puños a los lados.

─ ¿Todavía no confías en mí, verdad? ─ Min le miró triste y sacudió la cabeza─. Es igual, no importa. Pondré una marca más fuerte, mi propia marca, en ti. De esa forma si te cruzas con alguno de los Perdidos, sabrán que estas bajo mi protección y te dejarán tranquilo.

─Pero… ─ Joon puso una mano sobre las heridas de su cuello─. Me has prometido que no me ibas a morder. ─Protestó. Era justo lo que necesitaba, volver a casa con marcas de dientes en su cuello para que su padre las viera. No tendría sentido tratar de convencer a su padre de que las marchas las había hecho una mujer con la que había pasado la noche. ¿Además, no sería él, Joon, el que tendría que dejarle marcas a la chica si se diera el caso? Dejar que otro hombre le marcara parecía extraño… casi incorrecto, aunque le excitara. Sumiso – esa era la palabra que buscaba.

─No voy a morderte en el cuello ─dijo Min interrumpiendo los pensamientos confusos de Joon ─. Para poder anular la marca de Hyun, la mía debe de ser en un lugar más íntimo.

─¿Más… intimo? ─Joon notó como se le secaba la boca.

Jung Min asintió. ─La arteria femoral debería valer.

─Femoral… ─Joon frunció el ceño, tratando de recordar el gato que habían diseccionado en biología el semestre pasado. Siendo un artista, le interesaban más los músculos y las formas que la función de las estructuras que estudiaba.

El vampiro suspiró. ─En la parte interna del muslo. ─Hizo un gesto hacia el pantalón de Joon donde, por suerte, la vergonzosa erección había bajado al fin─. Vas a tener que quitarte los pantalones.

─… Yo… yo… ─Joon estaba de pie y retrocediendo. Esta vez Min no trató de detenerle.

─Sé que no es fácil ─dijo el vampiro─, especialmente si no tienes interés en los hombres. Pero tienes que confiar en mí, Hyung Joon. Es necesario. ─Estaba entre Joon y la puerta con un movimiento tan veloz que casi no lo vio─. Vuelve al sillón ─ dijo, poniendo una mano sobre el hombro de Joon ─. Hablaremos un poco hasta que te acostumbres a la idea.

Parecía que no tenía elección, Joon volvió a recostarse sobre el sofá.

─¿Quieres algo para beber? ─preguntó Min de nuevo─. Lo siento, no tengo nada para comer excepto atún y es de Isabel. Los vampiros no pueden digerir comida sólida.

─¿No lo echas de menos? ¿Comer? ─Joon se sorprendió de que la pregunta le saliera de forma tan natural y notó que estaba realmente interesado en la respuesta.

¿Cómo sería ser uno de los Perdidos?
─A veces. ─Admitió─. Aunque probablemente no echo de menos la misma comida que querrías tú. La cocina era muy diferente cuando perdí mi alma. ─ Puso una mano sobre la parte trasera del sillón, detrás de la cabeza de Joon, pero sin llegar a tocarle─. Supongo que lo que te gusta comer a ti son los filetes de carne picada y las bebidas chocolateadas.

─¿Hamburguesas y batidos? ─Joon no pudo evitar sonreír─. O te hicieron vampiro en los cincuenta o has visto demasiados anuncios de McDonalds. A mí me gusta más el Red Bull y el tofu.

Min se encogió de hombros. ─Tofu, carne, todo es lo mismo para mí. No puedo tomar nada, así que va todo junto. ─Sonrió─. Entonces dime, ¿Cómo terminaste en el barrio Carmesí hoy?

─Como le dije al otro vampiro… eh, tipo. Me bajé en la parada de bus equivocada. ─Joon miró al fuego, pero mantuvo su expresión inmóvil.

─ Dijiste que ibas a la calle Sexta. ─ La profunda voz de Min era suave─. ¿Por algún motivo en especial?

─No, yo sólo… ─Joon se secó las manos en sus vaqueros─. Sólo quería ir a ver. Mis… mis amigos hicieron una apuesta. Ir a ver lo que… lo que hacían allí. ─La mentira salió de sus labios poco convencidos ante las vibrantes llamas, sintiéndose miserable. Si hubiera estado seguro de la orientación sexual del vampiro… pero no, no lo podía saber. No iba a arriesgarse a salir del armario ante alguien que podría matarle si le apetecía. Ni siquiera estaba seguro de querer salir del armario, si lo era.

─Una apuesta, ¿Eh? ¿Eso es verdad? ─Min parecía divertido.

─Sí, así es ─asintió Joon, sin apartar su mirada del fuego.

─Bueno, entonces no te retendré más de lo necesario. Podrías ganar la apuesta si te das prisa. ─Min se acercó más a él para moverla la cabeza, así que no tuvo otra opción que mirarle. Los ojos avellana de Min parecían de oro bajo las llamas del fuego─. Tenemos que hacer esto, Joon. Quítate los pantalones. Tengo que marcarte.

Había una orden en su profunda y cálida voz que Joon no pudo evitar estremecerse. Se puso de pie, quitándose los pantalones y la ropa interior, junto con zapatos y calcetines antes de poder pararse a pensarlo. Entonces se sentó de nuevo en el sillón, notando como el sillón se amoldaba a su piel. Al menos no la tenía dura, podía dar las gracias por ello.

─Muy bien. – Jung Min se arrodilló en el suelo frente a él, poniendo sus calientes manos sobre sus rodillas. El fuego brillaba en su espalda, llenando su cara de sombras.

─¿Estás listo, Hyung Joon? ─preguntó─. Trataré de hacerlo rápido e indoloro.

Joon asintió. No estaba seguro si todo este proceso era como ser seducido o como tener una operación quirúrgica, pero nunca había tenido un médico tan hermoso o gentil como Min.

─Si te hace sentir mejor, puedes cerrar los ojos. – Min estaba separando sus piernas, amable pero sin detenerse, y avanzando hacia sus caderas. Joon no sabía si le haría sentir mejor o no, pero era un punto de no retorno. No podía haber apartado los ojos de Min acercándose a sus caderas aunque supiera que se volvería ciego.

Su cálido aliento le rozó los testículos, haciendo que su pene temblara según se acercaba Min. De nuevo se preguntó sobre la orientación sexual de Min. Si era hetero, ¿Podría acercarse tanto a los genitales de otro hombre sin sentir molestia alguna? ¿O solo eran negocios para él? Joon estaba dispuesto a apostar que un hetero hubiera vomitado a estas alturas, pero Min seguía acercándose, buscando el lugar perfecto para morder.

Joon le miró fascinado mientras su mejilla se rozó casualmente contra su pene. Entonces, ante su horror, sintió como se endurecía de nuevo. Ahora no… ¡ahora no! Entonces una caliente sensación apareció en donde sus caderas se unían con su torso y notó que Min le estaba lamiendo ahí – chupando la piel de la misma forma que le había chupado el cuello y él con el mismo resultado – se le estaba poniendo tan dura como una roca.

─¿Qué… qué estás haciendo? ─dijo Joon. Quería apartarse pero estaba congelado en el sitio. Aunque las largas manos de Min no le hubieran estado sujetando no pensaba que hubiera podido moverse mucho más de un centímetro.

El vampiro miró hacia arriba. ─Estoy haciendo que la arteria se dilate. Trato de darte placer en vez de dolor mientras te marco, muerdo. ─Dijo, como si fuera la cosa más natural del mundo.

─No tienes que hacer eso ─dijo Joon bruscamente. Estaba medio erecto ya y se endurecía cada vez más. Era la situación más embarazosa en la que se había visto jamás.

─No te preocupes por esto. ─Min pasó uno de sus largos dedos por toda la largura de su pene. El simple roce hizo que los huesos de Joon prendieran fuego y se le puso completamente dura─. Es perfectamente natural y ─Min continuó─ debería avisarte de que cuando te muerda probablemente te correrás. Los componentes químicos inyectados cuando un Guardián muerte hacen que los humanos tengan esa inevitable reacción.

─Yo… tú… ─Joon sacudió la cabeza, ante la falta de palabras. ¿Cómo podía el vampiro parecer tan casual con todo esto? Como podía… Min inclinó de nuevo su cabeza y notó una punzante sensación que solo duró un segundo. Muerde, Joon tuvo el tiempo de pensar, y entonces hubo una ola que le atravesó el cuerpo entero, ahogando sus pensamientos en puro placer.

¡Dios, oh Dios, oh Dios! Las manos de Joon estaban a los lados, tratando de evitar hundirlas en el sedoso pelo del vampiro. Su pene se estremecía con fuerza cada vez que la mejilla de Min rozaba su largura y sintió como se acercaba al límite rápidamente. Min tenía razón, iba a correrse y mucho. No había nada que pudiera hacer al respecto. Sintió una mano invisible cogerle la polla, llevándole hasta el orgasmo. ¡Voy a correrme!

Lo pensó al mismo tiempo que sucedió. Sintió como la presión que sentía en los testículos se liberaba y entonces se corrió, sobre su plano estómago mientras el vampiro seguía apretando sus labios entre sus piernas. Fue el orgasmo más intenso que había experimentado en su vida y Joon no pudo respirar por un momento.

Reclinó la cabeza, jadeando, con las manos agitadas por espasmos.

─Está bien, está bien, Bebé. ─Fuertes manos acariciaban sus laterales y Joon casi no notó que el vampiro había dejado de chuparle. Min estaba todavía entre sus piernas, pero ahora hablaba amablemente, tratando de hacer que Joon regresara del elevado plano de placer al que había saltado durante su intenso orgasmo.

─ Respira profundamente ─murmuró Min, todavía tocando sus muslos ─. Te has corrido mucho, eh, ¿Hyung Joon?

Capítulo 3

Sintiéndose avergonzado, Joon asintió.
Estaba empezando a respirar de nuevo. Lo que más quería ahora mismo era que el vampiro le dejara levantarse para ir a limpiar el lío que había hecho. Bajo el fuego, las gotas de esperma brillaban sobre su estómago como perlas, proclamando su vergüenza para quien mirara. Empezó a levantarse del sillón, pero Min le mantuvo en su lugar.

-Por favor. ─ Joon notó que no podía mirarle a los ojos avellana─. Tengo... tengo que levantarme. Para limpiarme.

─Puedo ocuparme de eso. ─La voz de Min era tan profunda y tranquila, de alguna forma seductora. Se inclinó sobre los muslos de Joon de nuevo y esta vez su cálida y húmeda lengua se deslizó sobre la temblorosa piel del estómago de Joon, lamiendo el esperma mientras Min limpiaba los rastros de su vergüenza.

¡Oh Dios! Joon sintió que podría tener otra erección ahora mismo, por semejante erótica visión. Sus dudas de decirle a Min la verdad sobre él mismo, sobre lo poco que sabía, desaparecieron. Ningún hetero le probaría de esa forma. A no ser… ¿quizás a los vampiros no podían distinguir entre los fluidos corporales? Pero no, estaba seguro de que cualquier tipo hetero, vampiro o humano, nunca chuparía esperma de la piel de otro hombre.

─ No… no iba a la Sexta por una apuesta ─dijo con voz temblorosa─. Iba allí porque quería saber… saber si…

─¿Si te gustaba esto? ─Min tomó el pene semi-erecto de Joon con una mano y metió la cabeza en su boca, limpiando los restos de esperma mientras Joon le miraba, con los ojos como platos.

─… Sí. ─Respiró, sintiendo como crecía sobre la mano del vampiro─. Ves, no soy… nunca he estado con otro hombre ─explicó─, pero pensé que podría obtener algo de experiencia para saber si soy…

─Quieres saber si te gustan realmente los hombres o si solo sientes curiosidad.─ Min terminó en su lugar, todavía acariciando su pene─. Es así, ¿Bebé?

─… Sí. ─Joon asintió, sintiéndose aliviado por haber aclarado su confusión─. Sí, exactamente así es.

─Supongo que podría ayudarte ─ dijo Min. Se levantó y se sentó junto a Joon de nuevo, sin quitar su mano del pene de Joon ─. Si quieres que lo haga.

─¿Lo harías? ─Joon le miró, observando al gran hombre que había junto a él. Por primera vez miró el amplio pecho desnudo de Min, y se preguntaba lo que habría bajo esos ajustados y desgastados pantalones.

Pero el vampiro suspiró y sacudió la cabeza ─No debería. Eres muy hermoso, pero demasiado joven para mí. ─Apartó su mano, con reticencia, del miembro palpitante de Joon.

─Tengo diecinueve ─ protestó Joon ─, estoy en primer año de universidad. Se lo que hago.

─Tengo quinientos cuarenta años, Bebé. ─ dijo Min suavemente─. He visto chicos hermosos como tú por cientos de años.

─Pero no me has visto a mí. ─Joon se giró para mirarle a la cara, determinado a obtener lo que quería ahora que sabía lo que era─. Por favor, Jung Min. ─Susurró, atreviéndose a usar el nombre del vampiro por primera vez─. Iba a ir a la calle Sexta para encontrar a alguien más mayor y con experiencia que me mostrara como hacerlo. Sé que tú eres, eh, algo más mayor de lo que buscaba… pero eres amable. Tierno.

Min sonrió triste. ─ ¿Eso es lo que piensas de mí? Ojala fuera así. ─ Suspiró ─. Soy un vampiro, Hyung Joon, desde hace cinco siglos. Eso quiere decir que he sido la causa de muchos derramamientos de sangre y más hombres han maldecido mi nombre mientras morían a mis pies de los que lo han dicho por placer. ─ Mientras hablaba, el vampiro parecía más grande, más oscuro.

Había dejado de ser el hombre agradable, hermoso que había rescatado a Joon de la calle Séptima y se había convertido en otra cosa, en algo no humano. Sus ojos brillaban bajo la escasa luz y sus colmillos parecían alargarse y afilarse como cuchillas.

─Pero… ─ Joon tragó saliva─. Pero ya no eres así. Lo dijiste tú mismo… ahora eres un Guardián. Proteges a mi especie contra… contra lo que eras.

─Así es. ─La cara de Min dejó de ser aterradora hasta que solamente se vio turbado─. Estoy tratando de compensar mis pecados, aunque no tengo alma que salvar ─suspiró─, pero todavía no sé si soy la persona adecuada para ti, Joon. Para mostrarte el camino.

─Por favor. No… no tengo miedo de ti ─Joon esperaba que el vampiro no escuchara los latidos de su corazón o sintiera su duda.

─Quizás deberías ─ dijo Min. Pero sonaba resignado, no enfadado.

─Pero no lo tengo. ─Juntando todo su valor, Joon se inclinó hacia delate y capturó los labios del vampiro con los suyos. La boca de Min era suave e incitante, y después de un momento dejó que la lengua de Joon entrará. Joon gimió, deslizando su lengua delicadamente entre los colmillos probando su propio sabor en la boca del vampiro. Era la cosa más erótica que había hecho nunca y sentía como su corazón latía por todo su cuerpo, marcando un ritmo tan viejo como el tiempo para coger lo que necesitaba.

─Así está bien, Bebé ─ dijo Min, rompiendo su beso. Acarició el cuerpo de Joon de nuevo, desde un lateral de su cuello, sus pezones rosados, su duro miembro que latía dolorosamente entre sus piernas─. Pero tengo que saber hasta dónde quieres llegar. No quiero hacerte daño o tomar más de lo que me ofreces.

─Quiero todo. ─ Joon respiró, deseando que esas largas y cálidas manos estuvieran más cerca de su cuerpo. Se sentía como un hombre que llevaba años muerto de hambre y al que le ofrecían un festín. Había tantas cosas que quería hacer ahora que tenía la oportunidad, tantas fantasías que había tenido por las noches con las luces apagadas mientras la vergüenza y el deseo corrían por sus venas como una oscura droga─. Quiero tocarte de la forma en que me tocas tú. ─Le dijo a Min, pasando sus manos sobre el ancho y musculoso pecho del vampiro─. Necesito probarte, chuparte ─dijo, volviéndose más vasto─. Y entonces… ─bajó su voz, casi incapaz de pronunciar su último y vergonzoso deseo─. Entonces quiero que me folles.

Min gruñó. ─Eres un tipejo muy hambriento, ¿Eh? Nunca has probado una gota y ahora quieres beber hasta emborracharte.

─ Tú me haces sentir borracho ─ dijo Joon ─. Tu olor, tu sabor… ─Inclinó su cabeza y besó delicadamente los labios del vampiro una vez más hasta que Min le capturó con su boca, besándole fuerte y profundamente. Era tan distinto de besar a una chica, consiguió pensar Joon entre los zumbidos de sus oídos y los latidos de su corazón. No había pintalabios de por medio y Min no esperaba que él tomara el mando. Enterró sus dedos en el rubio pelo de Joon y le acercó más, devorando su boca con sus bruscos y sedientos besos, sin dejar dudas de quién estaba al mando.

Al fin, cuando sintió que ya casi no podía respirar, Min le soltó. Joon trató
de besarle más, pero el vampiro le detuvo.

─No ─dijo firme, sujetando a Joon con una mano─. Vas a chupármela, Hyung Joon. Justo lo que querías hacer. ─ Se inclinó sobre el sillón, con su espalda desnuda contra el lateral, y se relajó, invitando y pidiendo que Joon cumpliera su fantasía.

Ser dominante era una nueva experiencia para Joon, pero claro, lo era la experiencia entera. Notó que le gustaba que Min le diera órdenes, la forma en que le dijo a Joon lo que le iba a hacer en vez de pedírselo. Cumpliría una fantasía tan profunda y secreta que había tenido miedo de decírsela a sí mismo.

Sintiéndose borracho de placer, inclinó su cabeza y lamió a tientas el fuerte cuello de Min. La piel del vampiro todavía estaba algo fría, pero notablemente más caliente que antes. La piel de Min bajo su lengua era ligeramente suave y salada, un sabor del que Joon nunca podría tener suficiente.

Se hizo camino a través de su amplio pecho, pasando un tiempo lamiendo los redondeados pezones de Min, metiendo la lengua en su ombligo y siguiendo el sedoso camino de pelo castaño que recorría su abdomen hasta donde desaparecía en sus vaqueros.

Joon se detuvo para observar. No sabía lo que le hacía tan descarado, pero quería saber lo que había bajo los desgastados pantalones.

El pene de Min parecía enorme mientras palpitaba bajo la tela. Lo acarició gentilmente con la mano y el vampiro gimió de placer.

─Bien, Bebé ─ murmuró mientras Joon abría la cremallera para descubrir que no llevaba nada más puesto debajo. Su pene salió de un golpe, como si deseara estar libre, y Joon lo cogió con su mano, asombrado ante su suave y cálido tacto y por la gran cabeza con forma de seta. Era la primera vez que tocaba el pene de otro hombre y era tan excitante como se lo había imaginado. Era firme y suave y duro en su mano y notó que Min no estaba circuncidado.

─ Chúpalo. ─La profunda voz de Min se introdujo en sus pensamientos y miró hacia arriba para ver como el vampiro le miraba con los ojos entreabiertos, ardiendo de necesidad─. Chúpalo, Joon. ─ Le ordenó, pasando sus dedos por su pelo una vez más.

─Lo haré, pero primero quiero hacer esto. ─Joon inclinó su cabeza y restregó su cálida mejilla contra el pene, notando como se sentía el fantástico olor almizclado y picante que llenaba sus sentidos. Pasó el pene por sus mejillas, su frente y sus pestañas, sintiendo su calor. Entonces dio un suave beso sobre la ancha cabeza, saboreando una gota de líquido que había en la punta, notando el salado, amargo y delicioso sabor del esperma de otro hombre en su boca por primera vez.

Había tenido muchas fantasías de cómo sería tener la polla de un hombre en su boca, pero las había suprimido, sintiendo que eran incorrectas, vergonzosas. Ahora, bajo las caricias de los largos dedos de Min en su pelo, alejó su vergüenza y lo lamió desde la punta hasta la base, saboreando la cálida piel del pene de Min y escuchando como gemía su nombre.

─Bésalo un poco más, Bebé. Métetelo en la boca. ─La profunda voz de Min estaba llena de necesidad y Joon se sintió orgulloso de llevar a una criatura tan poderosa hasta el límite sólo con probarle.

─Min ─ susurró, besando la cabeza de nuevo y pasando su lengua sobre su duro pene─. Maestro… ─No sabía de dónde salía esa palabra, pero parecía correcta, casi tanto como meterse su gran pene en la boca.

─Joon, bien, pequeño. Se siente tan bien ─gimió el vampiro. Ambas manos estaban enterradas en el pelo de Joon ahora y sus caderas se movían rítmicamente, follando su boca. Joon gimió con el pene entre sus labios, pensando que nunca se había sentido tan bien en toda su vida.

Cada duda que había tenido sobre él mismo desapareció. Había nacido para hacer esto, para chupar pollas. Para tomar el pene de otro hombre dentro de su boca y chuparlo hasta que el caliente esperma fluyera por su lengua y para tragarlo todo mientras su Maestro le acariciaba el pelo y le animaba por sus esfuerzos. El pene de Min palpitaba en su boca pero justo cuando estaba a punto de salpicar su lengua con esperma, unos firmes dedos le apartaron.

─¿Qué…? ─miró hacia Min, sintiéndose alejado del placer. Estaba decepcionado de que el vampiro lo hubiera terminado tan pronto.

─No así ─dijo su voz profunda llena de deseo─. No quiero correrme en tu boca, por muy talentoso que seas, Bebé.

Joon sintió ruborizarse ante el cumplido. ─¿Entonces donde…?

─ Quiero correrme cuando esté dentro de tu dulce y virginal culo. ─Min le rozó la caliente mejilla, con los ojos avellana brillando de deseo─. Eres un chico tan hermoso, Joon, tan dispuesto a aprender, reaccionas tanto ante mis caricias ─sonrió, mostrando un colmillo bajo los rojos labios─. Va a ser un gran placer montarte y sentir como mis pelotas te golpean mientas te meto mi polla. Cabalgarte y sentir como tiemblas debajo de mí. Follarte.

La boca de Joon se secó por centésima vez en esa noche. Había soñado con ese momento, tenía que admitirlo. Soñado con ser poseído por un hombre dominante, un hombre al que pudiera llamar Maestro. Pero ahora que tenía la oportunidad ante él, tenía miedo.

─Yo… yo quiero… ─dijo con cuidado, tratando de escoger bien sus palabras─. Quiero que lo hagas, quiero decir. Pero es que, eres tan grande. Y yo nunca he…

─Joon.─ Min se acercó, levantándole hasta que estuvo sobre el torso musculoso del vampiro con el largo pene de Min contra su estómago─. Mírame ─Min inclinó su cabeza para que sus ojos se miraran─. ¿No te he dicho que no tienes que tener miedo de mí? ─preguntó─. ¿Realmente crees que te follaría sin prepararte primero?

─Yo… no lo sé. ─ Joon se dio cuenta de que era difícil seguir mirando sus ojos avellana. Cuando Min le miró es como si el vampiro supiera sus secretos y fantasías más oscuras. Era una intimidad tan cercana que Joon casi no lo podía soportar.

─Confía en mí ─dijo Min, dándole un suave beso sobre sus labios─. Voy a prepararte para mí, Joon. Tan preparado que rogarás para que meta mi polla dentro de tu cuerpo. Te dolerá ─besó al chico de nuevo─, pero solo un poco. Y será un tipo de dolor placentero. Te lo prometo.

Las calientes palabras del vampiro parecían quemarle y Joon respiró rápida y agitadamente, leyendo la promesa de placer al igual que el dolor en los ojos de Min. Su largo miembro palpitaba contra su estómago y su propio pene respondía.

Quería esto, notó. Siempre lo había querido.

─Está bien. ─Dijo al fin, soltando las palabras tembloroso.

Min le sonrió lentamente de nuevo. ─¿El qué está bien?

─Está bien, quiero. ─Joon aclaró.

─¿Quieres qué? ─Min todavía sonreía. Claramente quería que Joon rogara.

─Quiero que me folles. Quiero me folles… Maestro. ─Añadió al final, inseguro de cómo el vampiro interpretaría la palabra que antes le había hecho gemir de placer. Min sonrió y le acarició la mejilla. ─Puedes llamarme así si quieres, Joon. En algunos lugares se consideraría una realidad, no solo una agradable fantasía como lo usamos ahora.

─¿Cómo? ¿Por qué? ─Joon preguntó ávido. No conocía al vampiro desde hace más de una hora, pero la idea de tener algún tipo de relación con Min le pareció inmensamente atractiva.

─Por la marca que he dejado en ti. ─Min se inclinó para besarle de nuevo ─. Ningún otro vampiro se atreverá a tocarte ahora que te he reclamado como mío. ─suspiró─. Pero ese no es el tema, Bebé. Tenemos todavía unas pocas horas para el amor, unas horas en las que te mostraré como darle placer a otro hombre, y entonces tendrás que olvidar que me viste alguna vez. ─ Besó a Joon de nuevo y sus largas manos pasaron por su cuerpo, acariciando sus hombros y sus nalgas desnudas.

─¿Olvidar que te he visto? No lo entiendo. ─El calor en el estómago de Joon crecía con cada beso, pero el pensamiento de que nunca podría repetir esta experiencia, al menos con Min le entristecía.

─Sí. ─Min le besó de nuevo─. No quiero corromper tu inocencia más de lo que lo haré ahora. ─Se sentó y Joon se encontró boca abajo sobre el cojín del sofá. Todos sus pensamientos sobre el futuro y sobre lo que le depararía desaparecieron.

─¿Estás cómodo, Bebé? ─Min acarició su espalda desnuda, separando las piernas de Joon mientras hablaba. Joon tembló ante la vulnerable posición en la que se encontraba. Sus brazos descansaban sobre el brazo del sillón y sus rodillas estaban sobre los cojines, abriéndose más ante el ataque del vampiro.

─S-Sí. ─Consiguió decir, a pesar de que su voz temblaba.

─Así me gusta ─susurró Min en su oreja. Acercando su mano entre las piernas de Joon, pasó un dedo sobre el apretado y rosado ano que se estremeció con su toque. Entonces sus dedos bajaron hasta sus testículos acariciando su miembro erecto.

─¡Por favor! ─La palabra salió de sus labios mientras temblaba ante las caricias del vampiro. Era como si Min hubiera prendido fuego bajo su piel y nada excepto tenerle dentro pudiera apagarlo.

─¿Por favor qué, Bebé? ─Min dijo detrás de él. Se había levantado un momento pero había regresado, arrodillándose al lado de Joon en el sofá. Joon miró por encima del hombro y vio al vampiro ante el fuego. Min tenía algo en sus manos. Se acercó para tocar a Joon de nuevo y hubo un frío aceite en la punta de sus dedos. Lentamente lo extendió por la apretada entrada de Joon y le abrió de una forma de la que nunca le habían abierto.

─ Por favor. ─Gimió de nuevo, sin estar seguro de qué quería. Un largo dedo entró dentro de él, ensanchando la entrada hacia su cuerpo.

─¿Pero qué me estás pidiendo, Bebé?─ Min preguntó de nuevo─. Dime qué necesitas. ─Otro dedo se unió al primero, adentrándose todavía más, preparando a Joon para su largo miembro. El simple pensamiento y las intensas sensaciones que le provocaba el vampiro hicieron que Joon se sintiera tan débil que casi no podía aguantarlo más.

─Maestro ─ susurró mientras Min se adentraba en él─, por favor, Maestro, necesito que me folles ahora.


Capítulo 4

─Joon ─ gruñó Min─. ¿Cómo puedo negarme ante semejante petición? ─ Joon sintió algo húmedo y contundente en la entrada a su cuerpo, y entonces, lentamente, Min se apretó contra él.

─¡Dios! ─ gimió, mientras el vampiro le sujetaba, para permitir la deliciosa invasión. Sintió como su grueso miembro lo abría, entrando agónicamente centímetro a centímetro mientras Min empujaba más fuete,penetrándole hasta el límite. Dolía, tal y como le había prometido el vampiro, pero era un buen tipo de dolor, el sentimiento de ser abierto y poseído por un poderoso y amable Maestro quién sabía exactamente lo que estaba haciendo y sabía cómo hacer que su primera experiencia fuera agradable para él.

Al fin Min estuvo dentro de él. Joon sintió como las acedaras del vampiro estaban contra sus muslos, y supo que estaba completamente dentro.
¡Dios, está dentro! ¡Tan dentro de mí! Pensó, a medias entre el dolor y el placer. Se mordió el labio, tratando de no gemir ante las intensas sensaciones.
Nunca había soñado con sentirse tan lleno, tan completo, tan amado y poseído.
Detrás de él, Min todavía estaba quieto, sin moverse, sólo llenándole, dejando que se acostumbrara a la sensación de tenerlo dentro de él.

─Joon ─susurró el vampiro, acariciando su espalda con cálidas y suaves manos─. Pequeño, ¿estás bien?

─ S-Sí. ─Joon consiguió decir, cerrando sus ojos fuertemente─. Se siente tan bien… demasiado. Casi es demasiado.

─Así es el sexo, Bebé. ─Min sonaba tierno y divertido al mismo tiempo ─. Llegar hasta el límite, tomando más de lo que puedes aguantar y pedir incluso más. Así. ─Retrocedió hasta sacar casi la cabeza y volvió a empujar, con un lento y suave movimiento, tan poderoso que Joon gritó.

─Dios, Maestro. ─Suplicó─. Sí. Si.

─¿Puedes sentirme dentro de ti, Joon? Llenándote, abriéndote, follándote. ─ Min gruñó, empujando de nuevo, más fuerte esta vez─. Ábrete para mí, Bebé, déjame llenar tu dulce cuerpo. Nadie nunca te tomará como lo estoy haciendo yo. Nadie será dueño de tu cuerpo y alma como yo. ─Empujó de nuevo, consiguiendo entrar todavía más adentro─. Puedo sentir tus latidos a mí alrededor, sentir como me aprietas tratando de tomarme entero. ─Le dijo a Joon, sujetando sus caderas fuertemente mientras la sacaba y la metía de nuevo─. Eres tan hermoso, moviéndote debajo de mí, tan hermoso abriéndote para ser follado.

La profunda y posesiva voz parecía llenarle la cabeza mientras la dura polla de Min le llenaba el cuerpo. Joon no sabía cómo podía estar soportando las intensas sensaciones que crecían dentro de él. Entonces sintió como una larga y masculina mano se puso entre sus piernas y cogió su miembro palpitante. Gimió cuando Min le acarició, moviendo su mano rítmicamente sobre él mientras su largo miembro entraba y salía del cuerpo de Joon. Envuelto en el placer y en la necesidad, Joon se agarró al brazo del sofá y se movió hacia atrás para acercarse más a su pene, moviéndose para unirse a Min mientras le follaba.

─Eso es, Bebé, muévete. ─La profunda voz de Min estaba llena de brusca emoción─. Muévete hacia mi polla, quiero sentirte apretado y caliente a mí alrededor cuando me corra dentro de ti. ─Mientras hablaba, acarició más fuerte el pene de Joon y cada vez más rápido, acercándole más y más hacia el orgasmo.

─¡Dios! Maestro… ¡Min, sí! ─Joon gimió. Sintió a Min dentro de él, unido a su cuerpo, pero de alguna forma el vampiro había cambiado de posición, cambiando ligeramente el ángulo de entrada. Ahora con cada empujón, la cabeza de su pene rozaba algo dentro del cuerpo de Joon, un lugar tan sensible que sentía calambres eléctricos de placer cada vez que lo rozaba. No sabía si Min lo estaba haciendo a propósito, pero sabía que no podría aguantar mucho más. Se estaba perdiendo, ahogándose en las olas de éxtasis que recorrían su cuerpo.

─Así es. Déjate llevar, deja que sienta como te corres mientras te lleno.
─Las bruscas órdenes de Min fueron lo que necesitaba Joon para sumirse en el abismo. Con un gemido, sintió como se corría sobre la caliente y grande mano que le había estado acariciando de forma tan experta. Clavó sus uñas en el sillón y arqueó la espalda abriéndose lo máximo posible para el grueso miembro que lo penetraba, tan profundamente que podía sentir en su alma.

Con un gruñido, Min se corrió también, sujetando firmemente a Joon por las caderas para empujarle hacia su polla. Joon pudo sentir el calor palpitante mientras el vampiro le llenaba, salpicando dentro de su cuerpo, haciéndole suyo, haciéndole sentir totalmente diferente.

─Maestro… Min… Oh, Dios. ─Se sentía tan bien ser reclamado así, ser completamente penetrado y poseído. Joon sabía que desde aquel momento estaba perdido. Había perdido su corazón ante el vampiro igual que él había perdido su alma cuando se convirtió en lo que era. Nunca iba a haber otra persona para Joon, no mientras viviera y recordara esta estremecedora experiencia.

─Bebé…Joon, tan dulce ─le murmuró Min, saliendo cuidadosamente de su cuerpo─. Eres tan hermoso cuando te corres. Tan abierto. Tan perfecto.

Joon sintió un tremendo placer dentro de él y junto a eso toda la energía de su cuerpo. Colapsó encima del sillón, cada músculo de su cuerpo se sentía cansado y flojo. Ahora que Min había salido de él, sentía un vacío que nunca se había imaginado aunque su corazón fuera libre. Por primera vez en su vida sabía sin tener que preguntar quién era y lo que quería.

Y lo que quería era a Jung Min.

─Ven aquí. ─El vampiro le abrazó. La mejilla de Joon descansó sobre su musculoso pecho. Se acercó más, notando el cálido olor de la piel de Min y su sentimiento de estar completo. Y también notó que estaba triste. Min le había dicho que esta iba a ser su única vez juntos, que Joon tendría que marcharse del apartamento y olvidar lo que había sucedido entre ellos. Y él no se sentía dispuesto a hacer eso, no pensaba poder marcharse sabiendo que no lo podría olvidar.

─Min ─murmuró contra su dorada piel─. Sé lo que dijiste sobre que iba a ser solo una vez pero no puedo… quiero decir… ─Levantó la cabeza, mirando los cálidos ojos avellana que ahora estaban tristes, en vez de llenos de pasión─. ¿Cuándo podré verte de nuevo? ─Soltó, sintiéndose un tonto. ¿No era esa la pregunta que se le hacía a una chica después de la primera cita? Y el grande y dominante vampiro era lo menos parecido posible a una chica. Pero Joon no pudo evitarlo, nunca nadie le había dicho qué decirle a un amante masculino, a un hombre que le había dominado y poseído, quién le había penetrado y le había enseñado todo lo que necesitaba saber de una sola vez.

─Bebé. ─La voz profunda de Min estaba llena de pena─. Sabes que no podremos vernos otra vez. Debes marcharte y olvidarme. Tener tu propia vida.

─¿No puedo tener mi vida contigo en ella? ─Rogó Joon ─. Has cambiado todo. Ya no soy la misma persona que era hace una hora y tú eres el motivo. Por favor, quiero pasar mi tiempo contigo, conocerte, estar contigo.

─Lo siento, Joon. ─Min sacudió negativamente la cabeza y se fue a recoger del suelo su ropa donde había caído amontonada de forma desordenada─. Pero eso no puede ser.

─¿Por qué no? ─Joon sintió lágrimas calientes caer sobre sus mejillas y miró hacia abajo silenciosamente, no quería que el vampiro le viera llorar─. Me dices que viva mi propia vida ¿Te haces una idea de lo que tengo en casa? Mi padre o se enfada conmigo o me llama marica. Y mi madre, bueno, tampoco lo lleva bien. Solo se mantiene fuera del camino y deja que haga lo que quiera. Mientras tenga su Valium, eso es todo lo que le importa.

─Lo siento, Joon. Más de lo que puedo expresar con palabras. Pero no podemos estar juntos. ─Se acercó y pasó sus dedos por el pelo de Joon─. Cada vez que te viera querría hacer el amor contigo, y terminaría por beber de ti. El sexo y la sangre están muy vinculados para un vampiro.

─¿Crees que me importa? ─Joon le miró con incredulidad─. No me importa que me muerdas cada vez. Solo quiero verte.

─Pero si bebo de ti cada vez que nos vemos, te volverás adicto a los compuestos químicos que inyecto cuando muerdo. ─Min le explicó pacientemente ─. Serías incapaz de dejarme. Estarías atado a mí para siempre y no puedo permitir eso, Joon. Está mal atar a alguien como tú, alguien tan hermoso y joven, limitar su elección. Tienes que ser libre para vivir tu vida y encontrar tu destino.

─Que le den al destino ─dijo Joon apasionadamente─. ¿No lo comprendes? Tú eres lo que quiero, Min, y eso no va a cambiar.

El gran vampiro suspiró. ─Eso es lo que piensas ahora, Joon, pero pueden pasar muchas cosas cuando eres joven. Toma ─Le entregó un montón de ropa a Min quién las cogió con sus temblorosas manos─. Vístete ─dijo y abandonó la habitación.

Joon se vistió lentamente, sintiendo cada músculo protestar ante sus acciones. Lo que su cuerpo realmente quería hacer era volver al sofá y acurrucarse con Min, besarle, abrazarle, alejar la tristeza de sus ojos avellana. Sabía que a Min le gustaba él, que quería ver a Joon tanto como él quería ver al vampiro de nuevo, pero no se quería dejar llevar por ese impulso.

Cuando estuvo decente otra vez, fue lentamente hacia la puerta, sintiendo como si alguien hubiera atado un bloque de cemento a sus pies. Nunca olvidaría esta noche pero nunca podría repetirla jamás. Cuando puso su mano sobre el manillar, Min, también completamente vestido, apareció por arte de magia y le rodeó con un brazo.

─Venga, Bebé ─dijo─, no te desanimes. Te acompañaré hasta el final del barrio carmesí y nos despediremos. ─Entrelazó sus dedos con los de Joon y le sacó hacia la oscura y fría noche. El viejo les rodeaba y Joon tuvo un escalofrío. Min se acercó a él y le pasó una mano por los brazos para calentarle.

Cuando llegaron a la esquina de la Sexta con la principal, le soltó reluctante y retrocedió alejándose del chico tembloroso. ─Adiós, Hyung Joon ─dijo suavemente─. Supongo que a partir de aquí podrás encontrar tu camino.

─Por supuesto que sí. ─Joon miró al suelo, arrastrando sus deportivas contra el suelo de cemento rajado. Unos dedos levantaron su barbilla para que pudiera mirar a los ojos avellana de Min, probablemente por última vez.

─Nunca te avergüences de quién eres. ─Le dijo el vampiro suavemente─. Sé a dónde regresas, pero tienes que ser fiel a ti mismo y recordar lo que has aprendido esta noche.

Joon sintió como su corazón se partía. ─Jung Min ─susurró─, he aprendido que te quiero.

El vampiro sacudió su cabeza. ─No más palabras, Bebé. Será mejor que nos separemos rápidamente.─ Min se acercó lentamente y le dio un último y apasionado beso. Cuando le soltó, había una gran pena en sus ojos y Joon pensó que eso le iba a romper el corazón.

Joon abrió la boca para decir algo más, para rogar por última vez, pero con una rápida brisa, el vampiro desapareció.


Epilogo

Ocho años más tarde….

Kim Hyung Joon, el artista más guapo y joven de toda Corea del Sur miraba en las profundidades de un Martini y suspiraba. A su alrededor sonaba música clásica y la gente se preguntaba sobre las obras de la galería de arte, estudiando su trabajo. La presentación fue todo un éxito, finalmente su carrera despegaba. ¿Entonces por qué no era feliz?

─Hey, Hyung Joon, ¿A qué viene esa cara larga? ─Kim Kyu Jong, su nuevo agente, puso un brazo a su alrededor y le apretó─. La presentación va genial, ya han estado negociando con la mitad de tus obras.

─Eso me mantendrá en el negocio de la pintura por un tiempo. ─Joon notó que sonaba molesto y trató de sonreír─. Lo siento, Kyu… te debo todo esto a ti. Gracias por ayudarme a mostrar mis obras.

─Sin problemas. ─ Sungmin estrujó sus hombros de nuevo y le soltó─. ¿Dónde está Saeng esta noche?

Joon se encogió de hombros. ─Hemos roto. Sabes que no puedo mantener una relación mucho tiempo.

Kyu frunció el ceño. ─Ya he notado eso. ¿Qué ha pasado esta vez?
¿Os peleasteis por quién tenía el control del mando a distancia de la televisión?

Joon sonrió. ─No es eso. El no… no daba la talla. Ninguno de ellos la da.

─¿Comparado con quién? ¿Hubo alguien más? ¿Alguien en tu pasado que no puedes olvidar?

─Se podría decir eso. Ni siquiera era una persona. Era un sueño. ─Joon suspiró y trató de sonreírle a su agente─. No hablemos de eso ahora. Cuéntame que obras se han vendido ya.

─Bueno, Destrozado se compró de inmediato. ─ Kyu hizo un gesto hacia un gran cuadro que estaba en la parte delantera de la galería─. Y el senador Michaels y su mujer van a comprar Desesperado y Nunca demasiado lejos. Eso es bastante, sabes.

Joon sonrió. ─Lo sé. ¿Algo más?

─Bueno… ─ Kyu dudó─. Sé que dijiste que no estaba a la venta pero casi todo el mundo aquí ha preguntado sobre el pequeño cuadro de la esquina. El que se llama Los Perdidos. ─Señaló hacia una de las esquinas oscuras de la parte trasera de la galería.

Joon sacudió su cabeza negativamente. ─Lo siento, Kyu, pero no puedo separarme de ese, es demasiado especial para mí. Ni siquiera sé por qué lo he sacado. Solo era optimismo, creo. ─Suspiró y puso su Martini medio vacío sobre la bandeja de un camarero que pasó a su lado. Ya había bebido suficiente para una noche.

Kyu frunció el ceño. ─Está bien, pero pensaba que deberías saber que se interesan por él. ¿No puedes al menos decirme cual es el nombre del modelo? Es tan guapo que me dan ganas de saltar encima de él.

Joon le dedicó una fantasmal sonrisa. ─No dejes que Hong Ki escuche eso, Kyu.

Su agente se encogió de hombros. ─Sí, bueno… ¿Fue alguien que conociste en el Villaje?

─No. ─Joon negó con la cabeza y pasó una mano por su rubio pelo─. Solo un sueño que tuve una vez. Uno que no pude olvidar.

─Dímelo si cambias de opinión. ─ Kyu cogió una bebida de otra bandeja─. Creo que Lady D’Haveline me espera. Lleva con su ojo puesto en Ciudad maldita toda la noche. ─Se apresuró para ser amable con una vieja mujer con pelo gris mientras Joon volvía hacia la multitud.

Como si fuera atraído por un imán, se encontró en frente al pequeño cuadro que había pintado unos días antes. Mostraba a un hombre de pelo castaño oscuro con ojos avellana mirando a una chimenea donde el fuego vibraba. El fuego se reflejaba en el desnudo torso del hombre produciendo sombras doradas y había una expresión de anhelo en su hermosa casa. Sentado junto a él, en un sofá rojo había un gato persa blanco, también mirando al fuego. La pintura no se parecía nada al estilo habitual de Joon, pero era una pieza interesante.

Por esto no soy feliz. Joon miró el pequeño cuadro, sabiendo que era verdad. Por eso siento que todos mis logos de esta vida son llanos, porque mi existencia entera parece incompleta. NO importaba lo que hiciera o a donde fuera, el recuerdo del barrio carmesí le perseguía. Había pasado tanto tiempo ya que a veces se preguntaba si no había sido un sueño demasiado vívido. Pero al contrario que otros sueños, no se había difuminado. Todavía podía recordar las manos de Min sobre su cuerpo, todavía podía saborear sus labios, escuchar su profunda voz murmurando…

─Hola, Bebé. ─Una voz familiar susurró en su oreja.

Joon se giró, incapaz de creer lo que había escuchado. Después de todos estos años, ¿Podía ser…?

Jung Min estaba ante él, se veía exactamente igual que aquella noche hace tanto tiempo, excepto que iba vestido con un traje negro de Armani que remarcaba sus hombros musculosos y tenía al pelo de un curioso rosa. Joon se paralizó ante el vampiro, incapaz de moverse.

─Eres… ─se aclaró la garganta, tratando de mantener su voz constante─. ¿Eres tú de verdad? ¿Después de todos estos años?

No podía creer lo que veía. ¿Cuántas veces le había parecido ver al vampiro, una cara en la multitud en su última exhibición o un flash de sus ojos avellana en un oscuro callejón? Pero cuando iba hacia la visión, siempre desaparecía.

¿Podría ser Jung Min en carne y hueso? Quería tocarlo para asegurarse de que sus sentidos no le estaban jugando una mala pasada, pero no se atrevía. ¿Qué sucedería si desaparecía, igual que había pasado tantas otras veces?

Min sonrió, mostrando ligeramente los colmillos. ─Sí, Joon, soy yo. ─Levantó una mano─. Tócame si no me crees.

Temblando, Joon levantó una mano para posarla sobre la mejilla del vampiro.
La firme y fría piel era exactamente tal y como la recordaba y sabía que si se hubiera acercado, solo un poco más, hubiera podido oler su almizclada fragancia. ─ Eres tú ─respiró─. Tantas veces pensé que te había visto pero luego no estabas. ─ Sacudió la cabeza─. Has regresado.

Min giró su cabeza para besar el centro de la palma de la mano de Joon, haciéndole estremecerse de la cabeza a los pies. ─He regresado ─dijo─. O, para ser sinceros, nunca me fui.

─No lo comprendo. ─Joon se acercó más, mirando sus ojos avellana.

─Te he estado observando ─dijo Min suavemente─. Esperando a que crecieras. Para estar seguro.

Joon emitió un sonido entre una risa y un sollozo. ─Tuve que dejarte seguir tu propio camino, encontrar tu lugar en el mundo. ─Extendió sus manos, señalando a la galería entera─. He visto que has hecho un buen trabajo, Joon. Estoy orgulloso de ti. Joon sintió el rubor crecer en sus mejillas. ─Tú, eh, todavía te ves igual.

Min se encogió de hombros. ─Los vampiros somos inmunes al paso del tiempo. Tú también sigues siendo parecido.

─Sí, bueno, supongo que todavía tengo la misma cara de niño. ─Cruzó sus brazos sobre su pecho─. Así que realmente eras tú al que veía en todas partes todos estos años.

Min asintió. ─Sí. Quería vigilarte, aunque tú nunca pudieras verme de nuevo. Sabes, estaba convencido de que me olvidarías y seguirías adelante. Tantos años y todavía no lo has hecho.

─Nunca lo olvidé. ─La voz de Joon sonaba irregular y sintió como se humedecían sus ojos─. Dios, no sabes la agonía que tuve que atravesar los últimos ocho años. Echándote de menos, viéndote entre la multitud, para ver luego que no estabas, y que quizás nunca lo hubieras estado. Incluso traté de convencerme de que había sido un sueño. Era menos doloroso así.

─Joon, lo siento mucho. Pero sé por lo que has pasado porque yo también
me sentía así. ─Min avanzó y trató de abrazarle, pero Joon evitó sus brazos─.

No. ─Sacudió la cabeza─. No, no lo creo. ¿Cómo pudiste mantenerte alejado si sentías lo mismo?

─Lo hice por tu bien. ─Los ojos avellana del vampiro estaban llenos de sentimientos que Joon tenía miedo de creer─. Cuando hice el juramento renunciando a mi vida de antes y me convertí en guardián, juré nunca hacer daño a otro humano, nunca daño permanente.

─Bueno, has hecho mucho daño. ─Joon trató de hacer que su voz sonara brusca─. Mírame, todo lo que he logrado, lo que he conseguido está vacío. Todo está vacío sin ti ─Le miró furioso a los ojos─. ¿Entonces para qué has venido esta noche? ¿Para decirme que estás orgulloso de mí? ¿Para decirme que tenga una buena vida? ¿Qué ibas a hacer, venir a mirar un rato tu retrato y luego desaparecer ocho años más? ¿Los siguientes ochenta años?

─Es cierto. He venido por esto. ─Min señaló el pequeño lienzo que se le parecía─. Te vi pintarlo, sabes. ─Su profunda voz era anhelante─. Fue entonces cuando supe que no lo habías olvidado y… decidí romper mi juramento.

─Yo… no lo comprendo ─Joon le miró, casi demasiado aterrado para tener esperanzas─. ¿Estás diciendo…?

─Que todavía te quiero. ─Min avanzó y acarició su caliente mejilla con un largo dedo─. Esa noche que pasamos juntos, esas escasas y preciosas horas, me marcaste tanto como yo te marqué a ti. Pusiste una marca en mi corazón, Bebé. Una que no he sido capaz de olvidar.

─Min. ─Joon susurró. Se adelantó y se dejó llevar por el abrazo del vampiro─. Tantos años he esperado y deseado esto. No me importa si me convierto en adicto a ti, ya lo soy. Esos últimos ocho años han sido una pesadilla.

─Para mí también, Bebé. ─Min le besó en la frente y se inclinó un poco más para besarle suave pero vorazmente─. Te he echado de menos ─susurró─. Te he deseado tanto. Pero tenía que estar seguro.

─¿Y ahora lo estás… maestro? ─Joon miró hacia arriba para ver como el vampiro reaccionaba ante esta palabra. Al ver el calor brillando en los ojos de Min notó una ardiente llama respondiendo dentro de él. Inclinándose robó un beso de sus sensuales labios ojos con los que tanto había soñado.

─Hyung Joon. ─Min pasó sus dedos por su espeso y café pelo y le acercó más a él─. Nunca he estado más seguro de nada en mi vida. ¿Me darás una oportunidad de compensarte por los años que pasamos separados?

Joon miró sus ojos avellana y lo consideró. No comprendía totalmente los motivos de su amante para mantenerse alejado tanto tiempo, pero el vampiro había cambiado su vida, le había hecho lo que él era ahora. No había sido solo una noche de pasión que habían compartido, pero las palabras de despedida de Min le habían marcado. Nunca te avergüences de quién eres. Le había dicho a Joon. Tienes que ser fiel a ti mismo.

Recordando esas palabras y la mirada que Min que le había hecho capaz de salir del armario ante su familia y de escoger el arte como carrera en vez de ir a la universidad de derecho como su padre quería. Y a decir verdad, quizás necesitaba esos años para crecer, años de dolor y soledad para hacer realidad sus sueños y encontrar su camino. Había sido capaz de cumplirlos todos excepto uno, y ahora lo que necesitaba desde hace tantos años le era ofrecido.

No, no lo comprendía del todo, pero estaba dispuesto a perdonar, Joon notó. Dispuesto a darle a Min otra oportunidad y dejar que su sueño se hiciera realidad.

─¿Bebé? ─Jung Min le miró ansioso y Joon notó que todavía no había respondido.

─Sí ─susurró, acercando la cabeza de su amante para besarle apasionadamente─. Sí, Jung Min. Sí, maestro.

1 comentario:

  1. ESTA ME CONMOCIONO MAS Y NO PUEDO CREER QUE LA HALLAN DEJADO CON ESE FINAL ABSURDO QUIERO SABER COMO FUE SU VIDA DESPUES DE REENCUENTRO :(

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